A casi dos meses del anuncio del libre visado para el ingreso de cubanos a territorio nicaragüense, son pocos los que se han beneficiado con la decisión del régimen de Daniel Ortega que alimentó las esperanzas de muchos de abandonar la isla; ya sea para establecerse en suelo nicaragüense o para acortar la ruta hacia Estados Unidos.
El líder sandinista, que asumió su cuarto mandato presidencial consecutivo aislado internacionalmente por falta de legitimidad democrática y dura represión a sus opositores, adoptó esa decisión el 22 de noviembre pasado en forma sorpresiva.
Esto alimentó las sospechas de quienes ven en su política de apertura hacia la inmigración cubana una manera de ayudar a su colega Miguel Díaz Canel, como una válvula de escape de la olla a presión que han generado en Cuba los ciudadanos que vienen manifestando su hartazgo ante el régimen castrista.
La medida se conoció hace dos meses y en enero se reanudaron los vuelos directos entre Cuba y Nicaragua, que habían sido cerrados por la pandemia, según publicó Infobae.
En la reciente XX Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América- Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA–TCP), uno de los temas fue la crisis provocada por el covid-19 y la falta de recursos, por lo que se definió asumir la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas (ONU), así como trazar en un plan de post pandemia para 2022.
El tema del encuentro desarrollado en diciembre en La Habana, fue la búsqueda de acciones y estrategias para afrontar los efectos de la pandemia en la región que ha sido una de las más golpeadas y proponer acciones concretas dirigidas a los países más desfavorecidos ante la entrada a la nueva normalidad o post pandemia, reseña el portal RT.
En la Cumbre participaron representantes de países signatarios además de Haití, Siria y Surinam como invitados.
El presidente cubano Miguel Díaz-Canel se refirió a la problemática de la pandemia y los efectos que tuvo están en los índices de mayor pobreza, desempleo y desigualdad en América Latina y el Caribe, agravado además con las sanciones impuestas desde el norte.
Los representantes del grupo destacaron el desarrollo de al menos tres vacunas contra el covid-19 en Cuba, pero reclamaron las trabas que se ponen a la importación de insumos desde Estados Unidos.
Por otro lado, la Cumbre Virtual para la Democracia convocada por EEUU, realizada en diciembre, reunió a 110 países para analizar el avance del totalitarismo y el resquebrajamiento de la democracia mundial.
“Hay presión externa de personas autocráticas que pretenden exportar su influencia y ampliar sus políticas y prácticas represivas”, alertó Biden.
El secretario de Estado, Antony Blinken, hizo un llamado a tener una visión global e identificar los motores atrás de las campañas de desinformación orientadas a socavar el sistema que garantiza las libertades fundamentales de los ciudadanos en la mayoría de las democracias.
“Los gobiernos autoritarios están activamente trabajando para sembrar división y desconfianza en las democracias. La crisis que encaramos es real”, expresó, según reporte de VOA. (Agencias)