Kiev.- Un desafiante presidente Volodymyr Zelenskiy informó hoy que Kiev sigue bajo control ucraniano, mientras las fuerzas rusas reanudaban su asalto, azotando a la capital y otras ciudades con artillería y misiles de crucero.
Un funcionario de defensa estadounidense señaló que las fuerzas ucranianas estaban oponiendo una “resistencia muy decidida” al triple avance ruso que ha hecho huir a cientos de miles de ucranianos hacia el oeste, obstruyendo las principales carreteras y líneas de ferrocarril.
“Hemos resistido y estamos repeliendo con éxito los ataques del enemigo. La lucha continúa”, dijo Zelenskiy en un mensaje de video desde las calles de Kiev publicado en sus redes sociales.
El presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó lo que llamó una operación militar especial antes del amanecer del jueves, ignorando las advertencias de Occidente y diciendo que los “neonazis” que gobiernan Ucrania amenazan la seguridad de Rusia.
Además, el máximo responsable de la seguridad rusa y expresidente Dmitri Medvédev indicó que las operaciones militares se llevarían a cabo sin descanso hasta que se alcancen los objetivos de Putin.
La escalada de la retórica rusa se produjo luego de que el Kremlin dijo que sus tropas reanudaron su avance, después de que Putin ordenó una pausa el viernes para unas posibles conversaciones que nunca se produjeron.
Un asesor de Zelenskiy negó que Kiev hubiera rechazado las negociaciones, pero dijo que Rusia había puesto condiciones inaceptables. También dijo que era falso que Rusia hubiera detenido los movimientos de tropas.
El asalto ruso es el mayor contra un Estado europeo desde la Segunda Guerra Mundial y amenaza con poner en peligro el orden del continente tras la Guerra Fría.
Medvédev afirmó que las nuevas sanciones impuestas a Rusia eran una señal de la impotencia de Occidente en el conflicto e insinuó una ruptura de los lazos diplomáticos, diciendo que es el momento de “cerrar las embajadas con candado”.
Estados Unidos observó más de 250 lanzamientos de misiles rusos, en su mayoría de corto alcance, contra objetivos ucranianos, dijo el funcionario de defensa estadounidense.
«Sabemos que (las fuerzas rusas) no han hecho el progreso que querían hacer, particularmente en el norte. Se han visto frustradas por lo que han visto es una resistencia muy decidida», dijo el funcionario, sin aportar pruebas.
Moscú dice que está procurando no atacar sitios civiles. El líder checheno Ramzan Kadyrov, un estrecho aliado de Putin, pauntó ayer que sus combatientes también estaban desplegados en Ucrania. Agregó que las fuerzas rusas podrían tomar fácilmente Kiev y otras grandes ciudades, pero que su tarea era evitar la pérdida de vidas.
Putin indicó que debe eliminar lo que considera una grave amenaza para su país por parte de su vecino más pequeño, acusándolo de genocidio contra los rusoparlantes en el este de Ucrania, una acusación que Kiev y sus aliados occidentales rechazan como propaganda sin fundamento.
TOQUE DE QUEDA
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, reportó que no había una presencia militar rusa importante en la capital, pero que había grupos de saboteadores activos. El sistema de metro estaba siendo utilizado como refugio para los ciudadanos y los trenes han dejado de funcionar.
Klitschko, excampeón mundial de boxeo de los pesos pesados, señaló que 35 personas, entre ellas dos niños, habían resultado heridas durante la noche y que se había impuesto un toque de queda desde la noche de ayer hasta la mañana.
Los ucranianos se enfrentaron a largas colas para conseguir dinero en los cajeros automáticos y combustible en las gasolineras, donde la venta individual está limitada en su mayoría a 20 litros. Muchas tiendas del centro de la ciudad estaban cerradas y las calles estaban prácticamente vacías ayer por la tarde.
“Fui lo suficientemente inteligente como para abastecerme de comida para un mes por lo menos”, dijo Serhiy, que salió a pasear antes del toque de queda. “No confiaba en los políticos para que esto terminara de forma pacífica”.
Las protestas contra la guerra tuvieron lugar en Berlín, Berna, Londres, Tokio, Sydney y otras ciudades del mundo.
“Estoy aquí porque me siento muy avergonzado por mi país de nacimiento”, dijo Valery Bragar, un ruso que ahora es ciudadano suizo, en una manifestación en Ginebra.
La crisis ha galvanizado a la alianza militar occidental de la OTAN, que ha anunciado una serie de medidas para reforzar su flanco oriental.
Alemania aprobó la exportación a Ucrania de 400 granadas propulsadas por cohetes procedentes de las reservas militares alemanas en los Países Bajos, según informó su Ministerio de Defensa, en un cambio de política después de que Berlín se enfrentara a las críticas por negarse a enviar armas, a diferencia de otros aliados occidentales.
Los países occidentales también anunciaron nuevas sanciones contra Rusia, como la inclusión de sus bancos en una lista negra y la prohibición de exportar tecnología.
No han llegado a forzar la salida de Rusia del sistema SWIFT de pagos bancarios internacionales, pero el gobernador de un banco central de la zona euro dijo el sábado a Reuters que tal decisión era «cuestión de tiempo, muy poco tiempo, días».
En uno de los primeros signos visibles de la aplicación de sanciones por la invasión, Francia incautó ayer en el Canal de la Mancha un buque de carga de automóviles que ha sido vinculado al hijo de un antiguo jefe de espionaje ruso.
La invasión también está afectando a los vínculos deportivos, culturales y de otro tipo de Rusia. Ayer, Polonia y Suecia dijeron que sus equipos nacionales de fútbol no jugarían sus partidos de clasificación para el Mundial contra Rusia el mes que viene. (Reuters)