Almaty.- Rusia envió paracaidistas a Kazajistán ayer para ayudar a sofocar una revuelta que afecta todo el país, después de que un estallido mortal de violencia se extendió por esta férreamente controlada república exsoviética.
La policía dijo que acabó con la vida de docenas de manifestantes en la principal ciudad del país centroasiático, Almaty. La televisión estatal dijo que murieron 13 miembros de las fuerzas de seguridad, incluyendo dos que fueron encontrados decapitados.
Una residencia presidencial y la oficina del alcalde de la ciudad fueron incendiadas, dijeron periodistas de Reuters. Ayer por la tarde, el aeropuerto de la ciudad estaba bajo el firme control de los militares tras haber sido tomado por los manifestantes. Las calles estaban llenas de autos quemados.
Más temprano ayer, varios vehículos blindados de transporte militar y decenas de tropas entraron en la plaza principal de Almaty, y se oyeron disparos cuando los soldados se acercaron a la multitud, según informaron los corresponsales de Reuters desde el lugar. Más tarde, la plaza parecía tranquila, con 200-300 manifestantes aún reunidos y sin tropas alrededor.
Un video no verificado en las redes sociales mostró a las tropas patrullando las calles neblinosas de Almaty durante la noche, disparando sus armas, así como saqueos generalizados en la ciudad. Manifestantes enmascarados, algunos de ellos con escudos y porras aparentemente confiscadas a la policía, marcharon entre gases lacrimógenos a lo largo de una avenida arbolada, en medio del sonido de las detonaciones.
Internet fue suspendido en todo el país y era imposible confirmar el alcance total de la violencia.
Los disturbios no tienen precedentes en Kazajistán, gobernado con firmeza desde la época soviética por el líder Nursultan Nazarbayev, de 81 años, que mantenía aún las riendas pese a haber abandonado la presidencia hace tres años.
El sucesor de Nazarbayev, el presidente Kassym-Jomart Tokayev, pidió durante la noche el envío de fuerzas a su aliada Rusia, en el marco de una alianza militar de exestados soviéticos dirigida por Moscú.
Culpó de los disturbios a terroristas entrenados en el extranjero que, según dijo, se habían apoderado de edificios y armas.
“Se trata de un atentado contra la integridad del Estado y, sobre todo, contra nuestros ciudadanos, que me piden que les ayude con urgencia”, declaró.
Moscú dijo que consultaría con Kazajistán y sus aliados sobre nuevas medidas de apoyo a la “operación antiterrorista” de las autoridades kazajas y calificó el levantamiento como un intento inspirado en el extranjero de socavar la seguridad del país por la fuerza, sin aportar pruebas.
La secretaría de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, dirigida por Rusia, declaró que unidades avanzadas de paracaidistas rusos se encontraban en el país y “ya habían comenzado a cumplir las tareas que se les habían asignado”.
Además, las tropas enviadas incluían unidades de Bielorrusia, Armenia, Tayikistán y Kirguistán, además de Rusia, dijo la secretaría. No reveló el tamaño total de la fuerza.
La revuelta, que comenzó con protestas en el oeste del país contra la subida de los precios del combustible el día de Año Nuevo, aumentó drásticamente el miércoles, cuando los manifestantes asaltaron e incendiaron edificios públicos en Almaty y otras ciudades. (Reuters)