En un discurso a casi un año después de ordenar una invasión que ha desencadenado el mayor enfrentamiento con Occidente desde la crisis de los misiles cubanos de 1962, Putin afirmó que Rusia lograría sus objetivos bélicos y acusó a Occidente de intentar destruir a Rusia.
“Las élites de Occidente no ocultan sus propósitos, pero tampoco pueden dejar de darse cuenta de que es imposible derrotar a Rusia en el campo de batalla”, dijo un desafiante Putin a la élite política y militar de su país.
Advirtiendo a Estados Unidos de que estaba avivando la guerra hasta convertirla en un conflicto global, Putin dijo que Rusia suspendía su participación en el Nuevo Tratado START, el último gran pacto de control de armamento entre Moscú y Washington.
Firmado en 2010 por el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su par ruso, Dmitri Medvédev, el tratado limita el número de cabezas nucleares estratégicas que pueden desplegar Estados Unidos y Rusia, y que expira en 2026.
“Me veo obligado a anunciar que Rusia suspende su participación en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas” (START, por su sigla en inglés), dijo Putin a la elite política y militar de su país.
El líder ruso dijo, sin citar pruebas, que algunas personas en Washington estaban pensando en reanudar las pruebas nucleares y que, por tanto, el Ministerio de Defensa y la corporación nuclear rusa deberían estar preparados para probar las armas nucleares rusas si fuera necesario.
“Por supuesto, no lo haremos antes. Pero si Estados Unidos realiza pruebas, entonces lo haremos nosotros. Nadie debe hacerse ilusiones peligrosas de que se puede destruir la paridad estratégica mundial”, señaló.
“Hace una semana firmé un decreto sobre la puesta en servicio de combate de nuevos sistemas estratégicos con base terrestre. ¿Van a meter las narices ahí también o qué? ¿Y se creen que todo es tan sencillo? ¿Qué, vamos a dejar que se metan ahí sin más?”, agregó.
No estaba claro qué sistemas terrestres se habían puesto en combate. Putin dijo que Ucrania había intentado atacar una instalación en el interior de Rusia donde tienen su base algunos de sus bombarderos nucleares, en referencia a la base aérea de Engels.
El Nuevo Tratado START limitaba a ambas partes a 1.550 cabezas nucleares en misiles balísticos intercontinentales desplegados, misiles balísticos submarinos y bombarderos pesados. Ambas partes cumplieron los límites centrales en 2018.
ADVERTENCIA DEL KREMLIN
En esencia, Putin está advirtiendo que puede desmantelar la arquitectura del control de armas nucleares -incluida la moratoria de las grandes potencias sobre las pruebas nucleares- a menos que Occidente retroceda en Ucrania.
China, cuyo máximo diplomático, Wang Yi, llegó a Moscú el martes, ha advertido contra cualquier escalada nuclear en la guerra de Ucrania.
El conflicto de Ucrania es, con mucho, la mayor apuesta de un jefe del Kremlin desde al menos la caída de la Unión Soviética en 1991, y una que líderes occidentales como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que visitó Kiev el lunes, dicen que debe perder.
Las fuerzas rusas han sufrido tres importantes reveses en el campo de batalla desde que comenzó la guerra, pero siguen controlando alrededor de una quinta parte de Ucrania. Decenas de miles de hombres de ambos bandos han muerto.
Putin, que habló durante una hora y 45 minutos bajo un gran emblema con el águila bicéfala de Rusia y flanqueado por un total de ocho banderas tricolores rusas, prometió continuar hasta conseguir sus objetivos en Ucrania.
El presidente ruso acusó a la alianza de la OTAN liderada por Estados Unidos de atizar el conflicto en la creencia errónea de que podría derrotar a Moscú en una confrontación global.
“Pretenden transformar un conflicto local en una fase de confrontación global. Así es exactamente como entendemos todo esto y reaccionaremos en consecuencia, porque en este caso estamos hablando de la existencia de nuestro país”, dijo Putin.
Estados Unidos dice que le preocupa que Pekín esté considerando la posibilidad de suministrar armas a Rusia, un paso que supondría el riesgo de una posible escalada de la guerra de Ucrania hasta convertirla en un enfrentamiento entre Rusia y China, por un lado, y Ucrania y la alianza militar de la OTAN liderada por Estados Unidos, por otro.
Además de la promesa de continuar la guerra y las advertencias a Occidente de una confrontación global, Putin también trató de justificar la guerra, diciendo que había sido impuesta a Rusia y que comprendía el dolor de las familias de los caídos en combate.
Occidente y Ucrania rechazan el relato y dicen que la expansión de la OTAN hacia el este desde el final de la Guerra Fría no justifica lo que consideran una apropiación de tierras al estilo imperial condenada al fracaso.
“El pueblo de Ucrania se ha convertido en rehén del régimen de Kiev y de sus señores occidentales, que han ocupado efectivamente este país en el sentido político, militar y económico”, declaró Putin. (Reuters).