La primera final a partido único en los 60 años de historia de la Copa Libertadores enfrenta este sábado en Lima al River Plate argentino, vigente campeón del torneo en busca de renovar su título, y al Flamengo brasileño, hambriento de gloria internacional tras alcanzar su primera final en 38 años. Estos dos gigantes de Sudamérica se jugarán el cetro continental en el Estadio Monumental, de la capital del Perú, un escenario escogido con apenas tres semanas de antelación para sustituir de emergencia al Estadio Nacional de Santiago de Chile. Desde el año pasado estaba anunciada la capital chilena para acoger la final, pero la grave crisis social que atraviesa el país austral desde hace más de un mes, con protestas que dejan de momento 23 muertos y miles de heridos por la represión de las fuerzas de seguridad, obligaron a la cambiar la sede a Lima a última hora. La situación no es nueva para River, que hace solo un año levantó la Copa Libertadores frente al Boca Juniors en el estadio Santiago Bernabéu, de Madrid, a donde la final se traslado después de que el partido de vuelta en Buenos Aires de la denominada "final del siglo" se suspendiera por ataques al autobús 'xeneize'.
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