Con el levantamiento de la inmunidad, Kurz podrá ser investigado, además de por los cargos de corrupción, por un supuesto falso testimonio, aunque el que fuera mandatario de Austria hasta octubre, cuando dimitió por el escándalo, ha reiterado esta semana su inocencia.
El Parlamento también ha dado el visto bueno a que se investigue al secretario general del Partido de la Libertad de Austria (FPO) Michael Schnedlitz por un delito de odio, según la agencia de noticias austriaca APA.
El caso que propició la salida del Gobierno de Kurz está relacionado con unas encuestas que supuestamente encargó el Ministerio de Finanzas de Austria en las que el canciller y el Partido Popular Austriaco salían favorecidos y que aparecieron en un grupo de medios del país.
Los investigadores creen que la cartera de Finanzas desvió dinero para los sondeos que, a juicio del fiscal, estaban «exclusivamente motivados para el avance político del partido». Su publicación en el grupo mediático estuvo acompañado de una cooperación publicitaria de más de 1,1 millones de euros. El grupo mediático rechaza las acusaciones.
Kurz está acusado de incitar al pago de sobornos, mientras que varias personas de su círculo más cercano están acusadas del pago de los mismos, entre los que destacan, entre otros, sus estrategas de medios de comunicación Johannes Frischmann y Gerald Fleischmann. (Europa Press)