El organismo internacional señaló que, si no hay «esfuerzos serios y urgentes» por parte de los actores enfrentados, los países regionales y la comunidad internacional en su conjunto.
Además, el enviado especial de la ONU para Yemen, Hans Grundberg, manifestó que «los recientes meses de recrudecimiento del conflicto han puesto el foco en la dimensión regional» del mismo, tras los ataques ejecutados en enero por los huthis contra la capital de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Abú Dhabi.
«Los ataques contra EAU y Arabia Saudí indican cómo este conflicto está en riesgo de salirse de control», resaltó, antes de apuntar que «para los yemeníes, el último mes ha estado marcado por una multiplicación de las líneas de frente y unas espantosas cifras récord de víctimas civiles».
Grundberg recordó que un bombardeo de la coalición liderada por Riad contra una prisión en la provincia de Saada (noroeste) «mató o hirió a más de 300 detenidos, en uno de los peores incidentes con víctimas civiles en tres años».
«El drástico aumento de los bombardeos en Yemen, incluidas zonas residenciales e infraestructuras civiles en Saná y Hodeida, es alarmante», valoró, antes de recordar a las partes sus obligaciones bajo el Derecho Humanitario y condenar «cualquier ataque indiscriminado contra civiles e infraestructuras civiles en Yemen y fuera de sus fronteras».
Grundberg sostuvo, además, que «la guerra en Yemen sigue luchándose también en el campo económico, con las partes enfrentadas combatiendo por los recursos, los flujos comerciales y la política económica», antes de incidir en que «el impacto de este aspecto de la guerra sigue golpeando de forma irrefutable a la población en su totalidad».
«Durante el último mes ha habido una escasez particularmente grave de combustible y derivados del petróleo, especialmente en las zonas controladas por Ansar Alá -nombre oficial de los huthis-, poniendo una carga sin precedentes sobre la vida diaria de la gente», explicó.
Por ello, pidio nuevamente a las partes en conflicto que «retiren todos los obstáculos para la importación y distribución interna de combustible y otros bienes básicos», en medio del bloqueo impuesto al país por parte de la coalición liderada por Arabia Saudí.
Grundberg apuntó a la «creciente retórica hostil» en los medios y la «detención y acoso de profesionales de los medios y activistas en Yemen», lo que «contribuye a un clima tóxico cuando hay una necesidad de diálogo». (Europa Press)