Ciudad de México/San José.- La esperanza queda perdida ante la represión del Gobierno del presidente Daniel Ortega en Nicaragua, que provoca un éxodo cada vez mayor, según testimonios. Muchos ciudadanos huyeron del estado centroamericano por el autoritarismo.
El activista nicaragüense Jesús Tefel fue detenido en 2019 cuando intentó llevar agua a madres en huelga de hambre contra el presidente Daniel Ortega. La justicia lo acusó de planear actos terroristas y, dijo, lo encerró durante 46 días.
Aquella vez, se quedó en Nicaragua después de obtener la libertad sin que se le presentaran cargos. Pero cuando el gobierno de Ortega empezó a detener a aspirantes a la presidencia, a periodistas y a activistas en junio, Tefel huyó a Costa Rica con su familia.
«No cabía la menor duda que iba a caer preso (otra vez si me hubiera quedado)», dijo Tefel, de 35 años, citando su trabajo con los líderes de la oposición que intentan sacar del poder al presidente más antiguo de América, quien busca su cuarto mandato consecutivo en los comicios de noviembre.
La familia de Tefel se sumó a las decenas de miles de personas que se han exiliado este año en medio de la persecución política. El gobierno nicaragüense no respondió de inmediato a preguntas sobre Tefel, cuya anterior detención fue documentada por grupos de derechos humanos y medios de comunicación internacionales, entre ellos Reuters.
Datos de Estados Unidos, Costa Rica y México revelan un éxodo que se perfila como uno de los mayores de Nicaragua desde la guerra civil en la década de 1980. Amenaza con desbordar el sistema de asilo de Costa Rica y ha elevado el flujo de migrantes centroamericanos hacia Estados Unidos, ya en niveles récord.
El repunte de los nicaragüenses que se exilian va camino a ser mayor que en 2018 y 2019, cuando la represión de las protestas de la oposición contra Ortega dejó más de 300 muertos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) registró en julio más de 13,000 nicaragüenses que cruzaron ilegalmente o solicitaron asilo en las fronteras del país, casi el doble que el mes anterior. Esto hizo que Nicaragua superara a El Salvador, uno de los principales impulsores de la migración latina en Estados Unidos.
Unos 33,000 nicaragüenses han sido aprehendidos en las fronteras de Estados Unidos en lo que va de año, más del doble que en todo 2019, el año con más detenciones de nicaragüenses en al menos una década.
Este podría ser «el año de más solicitudes desde que tenemos registros», dijo el funcionario costarricense Allan Rodríguez, quien supervisa la unidad de asilo del país.
La oficina de Ortega no respondió a una solicitud de comentarios sobre el aumento de la migración o las acusaciones de persecución política. El presidente ha dicho que sus opositores buscan derrocarlo y conspiran contra los intereses nacionales.
Costa Rica está luchando para procesar 11,000 solicitudes de refugio nicaragüenses recibidas en julio y agosto, más que en los meses más críticos de la última ola de represión. Los funcionarios encargados del asilo tienen un trabajo acumulado de 52,000 casos por revisar.(Reuters)