Según Naciones Unidas, entre el 8 y el 17 de julio más de 470 personas fallecieron, resultaron heridas o han desaparecido a causa de la violencia desatada, mientras que se estima que cerca de 3.000 personas han abandonado sus hogares.
En este contexto, la coordinadora humanitaria de la ONU en Haití, Ulrika Richardson, llamó a las partes involucradas en los enfrentamientos a que pongan fin a la violencia y garanticen un corredor humanitario hacia la comuna de Cité Soleil, ubicada en el área metropolitana de la capital, Puerto Príncipe.
Richardson apuntó que las necesidades en la zona son «inmensas y están creciendo debido a la pobreza, la falta de servicios básicos, incluida la seguridad y el aumento reciente de la violencia».
«Naciones Unidas se compromete a continuar brindando ayuda a los niños, mujeres y hombres necesitados más vulnerables, de acuerdo con los principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia», detalló la ONU en un comunicado.
Desde el magnicidio del presidente Jovenel Moise, la siempre convulsa situación política y económica de Haití se vio aún más golpeada. El vacío de poder degeneró en una crisis de seguridad, con asesinatos y secuestros a diario, sobre todo en amplias zonas de la capital.
Además, el mandato del primer ministro, Ariel Henry, terminó oficialmente el 7 de febrero, lo que ha incrementado la crisis de legitimidad en el país y los problemas económicos. (Europa Press)