En el marco de la política de Pekín de “cero covid-19 dinámico”, cuyo objetivo es detener rápidamente la propagación de cada brote, los gobiernos locales han impuesto encierros más breves en los que se prohíben los movimientos innecesarios de la población durante unos días o semanas hasta que los focos se contengan en zonas más estrechas.
Estos confinamientos son menos duros que la batalla de dos meses contra el virus que libró Shanghái en primavera, pero la creciente propagación de ómicron por China puede hacer que más ciudades se vean sometidas a este tipo de medidas, junto con la posible perturbación de los negocios locales
En la provincia meridional de Hainan, actualmente la región china más afectada, dos ciudades, Dongfang y Chengmai, con una población total de unos 900.000 habitantes, dijeron el viernes que añadirían días a los confinamientos de sus residentes, prolongando lo que antes estaba programado para tres o cuatro días a alrededor de una semana.
La capital de la provincia de Hainan, Haikou, puso ayer a sus 2,9 habitantes en confinamiento entre las 07:00 y las 18:00 horas locales, tras restricciones similares que abarcaron las horas principales del lunes, el miércoles y el jueves.
Varios millones de habitantes de otras ciudades de Hainan, incluida Sanya, se encontraban bajo confinamiento sin fechas claras de cuándo se levantarían las restricciones.
En la región occidental del Tíbet, la ciudad más grande, Lhasa, indicó a los residentes que no salieran a menos que tuvieran asuntos especiales y urgentes que atender entre el viernes y el lunes, mientras los trabajadores del covid-19 realizaban trabajos de desinfección en las principales zonas urbanas. (Reuters)