El régimen clerical islámico de Irán está dividido en su respuesta a meses de protestas sin precedentes, vacilando entre la represión y lo que considera gestos conciliadores para intentar aplacar el descontento.
La concesión de nuevos juicios a varios condenados a muerte y la puesta en libertad de destacados disidentes son señales que algunos pretenden adoptar un enfoque más suave.
Sin embargo, la línea dura se puso de manifiesto, cuando Irán ejecutó a dos hombres acusados de matar a un paramilitar durante los disturbios relacionados con las protestas.
Las protestas se intensificaron y exigen el fin del régimen islámico, lo que supone el mayor desafío para los clérigos desde que la revolución de 1979 depuso al sha.
Las autoridades respondieron con una violencia mortífera que dejó cientos de muertos.
Miles de personas fueron detenidas y 14 condenadas a la horca, muchas de ellas por matar o atacar a miembros de las fuerzas de seguridad, según la judicatura.
EXPERIMENTACIÓN
El Tribunal Supremo confirmó algunas de las condenas a muerte ya se ha ejecutado a un total de cuatro hombres. El poder judicial también anunció nuevos juicios para seis de los catorce.
Esto refleja un cálculo político, según Mehrzad Boroujerdi, experto en Irán residente en Estados Unidos y coautor de “Post-Revolutionary Iran: A Political Handbook”.
Saben que las ejecuciones masivas sacarán a más gente a la calle y la agitarán aún más. Por otro lado, quieren enviar una señal de que no son reticentes a ejecutar manifestantes para que la gente se sienta intimidada.
Anoush Ehteshami, director del Instituto de Estudios Islámicos y de Oriente Medio de la Universidad británica de Durham, afirmó que los nuevos juicios reflejan en parte la creciente presión nacional y extranjera.
“Pero también dentro del régimen existe división sobre cómo manejar esto”, dijo Ehteshami, con los partidarios de la línea dura de un lado y otros que ven las ejecuciones como un estímulo más para la resistencia.
“Los nuevos juicios y la puesta en libertad de disidentes son medidas de apaciguamiento, para intentar arrojar un hueso a los manifestantes”, añadió.
Aunque tales medidas puedan parecer insignificantes, desde la perspectiva de un régimen asediado y securitizado, piensan que están siendo magnánimos y respondiendo a la presión pública.
SUPERVIVENCIA
Los famosos también fueron detenidos, pero a menudo por periodos mucho más cortos. La actriz Taraneh Alidoosti fue puesta en libertad bajo fianza tras permanecer detenida casi tres semanas por su apoyo a las protestas, según declaró su abogado.
Algunos analistas consideran que esta estrategia de retención y puesta en libertad es intimidatoria, pero también, según Hashemi, forma parte del régimen que tantea el terreno, para ver cuál es la reacción.
Según Afshin Shahi, profesor asociado de estudios sobre Oriente Próximo en la Universidad británica de Keele, la indulgencia de la que a veces hacen gala las autoridades es un intento de evitar un mayor faccionalismo en el seno de la seguridad, ya que algunos de sus miembros están alienados por el derramamiento de sangre. “El régimen no parece tener una estrategia clara” para responder a la ira pública, añadió.
A pesar de algunas excarcelaciones, otras figuras destacadas pasaron meses en prisión. Entre ellas se encuentran el activista Arash Sadeghi y los dos periodistas iraníes que ayudaron a destapar el caso de Amini. (Infobae).