Irán suprimió la policía de la moral, fuerza que vigilaba la vestimenta de las personas y detenía sobre todo a las mujeres que no se cubrían de acuerdo con los códigos dictados por el sistema de la República Islámica, informó el fiscal general del país, Mohamad Yafar Montazerí.
“La Policía de la moral fue desmantelada por la misma gente que la creó”, se limitó a anunciar el fiscal durante una reunión en la ciudad de Qom, antes de asegurar que esta organización, encargada de la observación de los valores tradicionales islámicos, “no tiene nada que ver con la Judicatura iraní”, encargada oficial de esta práctica, según declaraciones recogidas por el medio reformista iraní Shargh Daily.
Montazerí explicó que el poder judicial continuará con su supervisión respecto al comportamiento a nivel comunitario y subrayó que la vestimenta de las mujeres sigue siendo muy importante, sobre todo en la ciudad santa de Qom, al sur de Teherán.
La ciudad de Qom es el centro teológico de Irán, donde están situados los principales seminarios del país y donde visitan y estudian miles de peregrinos y seminaristas de todo el mundo.
La policía de la moral, conocida como Gasht-e Ershad [patrullas de orientación], fue creada bajo el mandato del ultraconservador presidente Mahmud Ahmadineyad [de 2005 a 2013] para difundir la cultura de la decencia y el hiyab. Estas unidades se lanzaron a patrullar las calles en 2006 y en 2007 empezaron a usar la violencia física y las detenciones.
Irán vive protestas generalizadas desde el pasado 16 septiembre, tras la muerte bajo la custodia policial de la joven kurda de 22 años Mahsa Amini, que había sido arrestada precisamente por la policía de la moral por llevar supuestamente mal puesto el velo islámico.
Las protestas incluyen la reivindicación del fin de la República Islámica.
“No se trata de protesta, esto es una revolución”, “no queremos República Islámica”, “muerte al dictador”, son algunos lemas que gritan los manifestantes en protestas callejeras o por las noches desde las ventanas de sus casas y escriben en los muros de los edificios desde el pasado mes de septiembre.
Según el Consejo de Seguridad de Irán desde el comienzo de las protestas murieron más de 200 personas, pero oenegés extranjeras, como Iran Human Rights, con sede en Oslo, sitúan el número de muertos en 448 por la fuerte represión policial.
Además, al menos 2.000 personas fueron acusadas de diversos delitos por su participación en las movilizaciones, de las que seis, condenadas a muerte.
REVISIÓN DEL VELO
Las autoridades iraníes revisan actualmente la ley que obliga desde hace décadas a las mujeres a llevar el velo, en un intento de aplacar la ola de protestas que sacude el país desde hace más de dos meses.
El parlamento y el poder judicial están trabajando en el asunto, declaró el fiscal general Montazerí, que lo divulgó el viernes. No especificó qué podría cambiarse en la ley. “El miércoles tuvimos una reunión con la comisión de cultura del parlamento y veremos los resultados en una o dos semanas”, dijo en un discurso en Qom, al sur de Teherán.
El uso del velo se volvió obligatorio en Irán en 1983, cuatro años después de que la Revolución islámica de 1979 derrocara a la monarquía del sha, apoyada por Estados Unidos. El tema sigue siendo muy delicado en un país en el que los conservadores que dominan el Parlamento y el poder judicial insisten en que debe ser obligatorio.
Incapaz de hacer cumplir las normas, la policía moral ha tendido a acorralar a mujeres de forma individual para intimidar y asustar a las otras, considera Omid Memarian, conocido activista y periodista basado en Estados Unidos. “La muerte de Mahsa Amini llega meses después de un nuevo pulso para forzar a llevar el hiyab en público”, explica. (Infobae).