La ley establece el Consejo Nacional de Universidades (CNU), del Gobierno, como el principal órgano de rector del sector, prevaleciendo sobre los comités de expertos académicos que en cada institución ostentan actualmente dicha facultad.
“Esta reforma mata la autonomía universitaria que tanta sangre ha costado en Nicaragua”, afirmó el académico Ernesto Medina, exrector de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, la más grande del país.
La reforma también elimina el financiamiento público a la Universidad Centroamericana (UCA), una institución jesuita crítica de la gestión de Ortega y cuna de las protestas antigubernamentales que estallaron en el país centroamericano en 2018.
Además, la UCA no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. Los diputados oficialistas argumentaron que la reforma busca fortalecer la educación superior.
“Es una venganza contra la UCA, por el papel que han jugado sus estudiantes en la rebelión de abril de 2018”, aseveró la profesora de derecho constitucional, María Asunción Moreno.
La reforma incorporó al CNU tres universidades creadas por el Gobierno recientemente.
En los últimos meses el Parlamento de Nicaragua cerró 14 universidades privadas argumentando que habían incumplido con sus obligaciones ante el órgano rector. La oposición ha dicho que es un intento del Gobierno por tomar control de las universidades críticas de Ortega. (Reuters)