Por eso, primero en forma más sectorizada, pero luego impulsada por la administración de Alberto Fernández, comenzó a hablarse de crear una ley que castigue las expresiones de odio.
Los funcionarios de la Casa Rosada reconocieron ante periodistas acreditados que “es un debate que hay que dar” como ocurre “en todos los países del mundo”, pero admitieron que todavía no está definido si presentará un proyecto propio.
Este martes, y antes de que el Gobierno nacional defina si enviará, o no, el proyecto, desde el schiarettismo salieron a cuestionar la idea en duros términos.
“Se pretende avanzar con un proyecto de ley para amordazar a los medios y atentar contra la libertad de expresión con la excusa de acallar ‘discursos del odio’”, indicó el diputado nacional Carlos Gutiérrez, dirigente muy cercano al gobernador Juan Schiaretti.
El diputado del Bloque Córdoba Federal agregó que “en este escenario de grieta exacerbada y de alta sensibilidad, una normativa como la que se propone, nos ubicaría al borde de un estado totalitario que, entre otras cosas, pondría en riesgo a uno de los pilares de la democracia como es la libertad de prensa”.
El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, también se pronunció contra la posibilidad de que el oficialismo promueva un proyecto ley contra los discursos de odio, al considerar que se trata de una estrategia para “distraer” a la sociedad.
”Todos los días nos levantamos con una Argentina que nos angustia, que nos duele, con suba de precios, que se profundiza la crisis educativa. Ante tanto dolor el kirchnerismo sólo nos intenta distraer ahora con esto de proponer una ley mordaza”, afirmó el alcalde capitalino tras anunciar que se recuperará el día de clases perdido por el feriado nacional dispuesto tras el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
(Diario La Voz)