Según el máximo representante de la diplomacia ucraniana en su perfil de la red social Twitter, «Rusia sabe que su agresión va a fracasar a lo grande con el suministro continuo de armas a Ucrania», por lo que su objetivo ahora es evitarlos.
«La tarea número uno de Rusia es detenerlos, ya sea mediante ataques con misiles a centros logísticos, o mediante la desinformación sobre el presunto uso indebido de armas en Ucrania», advirtió el ministro ucraniano.
En las últimas jornadas se reforzó un discurso desde Moscú que apunta a la denuncia de ataques ucranianos a infraestructuras civiles con armamento suministrado por Estados Unidos, una teoría que Kiev ha rechazado en todo momento.
Según autoridades militares rusas, el hecho de que los sistemas lanzamisiles estadounidenses ‹HIMARS› sirvan para atacar a la población civil, despertaría el enfado de la propia ciudadanía estadounidense.
Uno de los ejemplos más claros de este discurso se refleja en el ataque a la cárcel de Elenovka, donde murieron más de 50 presos ucranianos y de cuya autoría se han acusado mutuamente Rusia y Ucrania. Moscú ha dado un paso más allá y ha asegurado que la ofensiva se llevó a cabo con los mencionados ‹HIMARS›. (Europa Press)