La tensión ha ido aumentando a lo largo de la jornada a medida que los activistas y miembros del partido Pakistan Tehrik Insaf (PTI) de Jan han tratado de retirar los contenedores colocados en las rutas para bloquear las vías hacia Islamabad, la capital del país.
En un mensaje difundido por la formación, Jan ha instado a «todos los paquistaníes» a salir a las calles en sus respectivas ciudades y se dirijan al centro de la ciudad para exigir elecciones anticipadas.
Jan, quien ha logrado finalmente llegar a la capital, había instado anteriormente a mujeres y niños a unirse a la marcha a favor de la «independencia real», según informaciones recogidas por el diario pakistaní ‘Dawn’.
Así, ha especificado que «la presencia colectiva enviará un mensaje en todo Pakistán de que la nación rechaza este Gobierno importado». Poco antes, el convoy en el que se desplaza Jan fue capaz de entrar en Punyab tras retirar las barricadas colocadas por las autoridades para impedir la llegada de manifestaciones.
El citado medio ha hecho referencia también a informes de supuestos lanzamientos de explosivos en la zona, donde se ha confirmado una gran humareda. El Gobierno ha acusado a los simpatizantes del PTI de haber provocado los incendios, mientras que desde la formación acusan a la Policía de lo ocurrido.
El martes, el ministro del Interior paquistaní, Rana Sanaulá, afirmó que las autoridades no permitirán que el PTI de Jan cause «caos y desorden» con la justificación de la marcha y ha recalcado que «se impedirá para que no propaguen su agenda engañosa».
«Esta gente ha pasado de los abusos a la balas», ha denunciado, tras la muerte de un agente durante una redada en la localidad de Lahore, al tiempo que ha afirmado que el PTI se encuentra reunido en Jíber Pajtunjua para usar los recursos provinciales para «atacar a la federación».
Sanaulá ha afirmado que Jan quiere dividir al país y ha reclamado a la población que «no sea engañada» por el ex primer ministro. «Ordenó a miembros de su partido durante manifestaciones para que tilden de ladrones y traidores a los miembros de otros partidos. Así quiere propagar el caos y el desorden», ha explicado.
El primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, anunció el 9 de mayo que podría adoptar medidas legales contra Jan por sus discursos «contra el Estado» durante una manifestación en Abbotabad y dijo que «no permitirá que se convierta en el Hitler de Pakistán».
CRÍTICAS A LA ACTUACIÓN POLICIAL
El lanzamiento de gas lacrimógeno por parte de la Policía de Pakistán ha generado críticas a nivel nacional y, de hecho, la Comisión de Derechos Humanos del país asiático ha mostrado su «preocupación» por la «prepotencia de los organismos encargados de hacer cumplir la ley».
«Creemos que todos los ciudadanos y todos los partidos políticos tienen todo el derecho a reunirse y protestar pacíficamente», ha defendido el organismo, que ha tildado de «sobrerreacción» la respuesta del Estado y que, más que impedir, «ha desencadenado la violencia en las calles».
«La responsabilidad recae en el Gobierno y los líderes de la oposición para adoptar una respuesta madura y democrática e iniciar de inmediato un diálogo para poner fin al estancamiento», ha zanjado la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán en un mensaje en su perfil de la red social Twitter.
Por otro lado, el líder de la formación islamista Jamaat e Islami, Sirajul Haj, ha empleado la misma vía para pedir a todas las partes que dejen de enfrentarse por «intereses personales» y centren sus esfuerzos en lograr la independencia de Cachemira. (Europa Press)