En las últimas semanas obras de arte de museos de Berlín, Londres, Roma, Ámsterdam o Madrid fueron atacadas con sopa de tomate, puré de patata, puré de guisantes o sangre falsa y en Alemania son habituales las acciones de Letzte Generation (Última Generación) pegándose a la calzada para el tráfico.
La CDU espera presentar la próxima semana una iniciativa legislativa en el Bundestag, según informa el periódico ‹Bild am Sonntag›. El texto prevé cortas penas de cárcel para quien corte intencionadamente el tráfico u obstaculice el tránsito de los vehículos de los servicios de emergencia, bomberos o policías.
Igualmente prevé la posibilidad de detenciones preventivas si existe riesgo de reincidencia y penas más duras para daños o destrucción de bienes culturales, hasta ahora sancionadas solo con multas. (Europa Press)