Gustavo Petro y Rodolfo Hernández disputarán la segunda vuelta este 19 de junio. Las encuestas arrancan con un “empate técnico” entre los dos candidatos.
Recientemente, el Nuevo Liberalismo ha decidido respaldar a Rodolfo Hernández de cara a la segunda vuelta, en la que se enfrenta a Gustavo Petro. Entre la seguidilla de adhesiones que se han presentado desde la primera elección, la del Nuevo Liberalismo ha causado sorpresa, pues su ideario en principio lo acercaba más a Petro y algunas de sus candidatas en las legislativas de marzo habían adherido a la coalición de izquierda.
Petro ha explicado sus políticas y sus propuestas en una charla con la directora de EL PAÍS, Pepa Bueno, y el periodista Alberto Casas a más de una semana de que se realicen las elecciones definitivas. “Relegitimaré las instituciones, aplicaré la Constitución y construiré un país que pueda vivir en paz. Eso implica reformas y pisar callos de privilegio”, indicó Petro en Cartagena de Indias, donde se celebró el Festival de Pensamiento de PRISA.
Hernández declinó la invitación al evento a última hora. “No ha querido estar. No ha querido venir y lo lamentamos porque nos hubiera gustado debatir sus propuestas e ideas”, dijo Bueno al empezar la charla. Los asesores del exalcalde de Bucaramanga, un empresario de 77 años con un discurso anticorrupción, le han recomendado no entrar en un cuerpo a cuerpo con Petro, un político más experimentado en los debates. Hernández, hasta hace una semana, contaba con una ventaja de siete puntos en los sondeos, pero a día de hoy los números marcan un empate técnico.
Entre las partes más sobresalientes de la charla, Petro expresó: “Si usted mira, Estados Unidos es el gran emisor mundial de carbón y petróleo, que es lo que produce la crisis climática. Nosotros, con el Amazonas, tenemos la esponja. Hay que llegar a un acuerdo porque hay que cuidar la esponja”.
Pepa Bueno quiso saber cómo iba a disminuir la dependencia de Colombia del petróleo y el carbón, sus dos fuentes de ingresos más importantes. Él respondió que su plan no solo es gobernar un país, sino transformarlo. Quiere acabar con la economía extractivista de la que ha vivido América Latina en los dos últimos siglos.
A su entender, Colombia imitó la economía de Venezuela, que consistía en vender petróleo y comprar todo importado, lo que hizo que se dejara producir en el interior. “Eso nos hizo creer que éramos ricos y no lo éramos. Se quebró toda la industria local. Renunciamos al conocimiento, la universidad, destruimos toda la calidad del sistema educativo. La clase política se volvió corrupta por el dinero fácil, vía impuestos y regalías”, afirmó. (El País)