Está aumentando la presión sobre las autoridades para evitar una mayor propagación y trastornos similares al doloroso y costoso confinamiento que sufrió en abril y mayo Shanghái, la ciudad más poblada de China. Aquellas interrupciones en la actividad empresarial tuvieron repercusiones en toda la economía mundial.
«Varias zonas chinas se enfrentan a brotes locales y han surgido infecciones a nivel comunitario en Shanghái», señaló ayer a la prensa el responsable de salud de la ciudad, Zhao Dandan.
Aunque el último número de casos diarios -poco más de 300 infecciones- es insignificante en comparación con los estándares mundiales, la reacción de las autoridades muestra el firme compromiso de China con su política de erradicar todos los brotes.
Sin embargo, el temor a que nuevos confinamientos para controlar la propagación de la enfermedad puedan frenar la actividad de la segunda economía del mundo pesaba sobre las acciones chinas, y los mercados financieros de todo el mundo.
China es la única economía importante que se aferra a una estrategia de «cero covid-19» destinada a erradicar rápidamente todos los brotes, mientras el resto del mundo intenta convivir con el virus.
El miércoles, Shanghái registró 26 direcciones de edificios bloqueados, lo que eleva el total a 31. Se sospecha que hay un caso de covid-19 en una de las emblemáticas torres gemelas del Centro Financiero Internacional, y los trabajadores de las oficinas de dos plantas han sido puestos en cuarentena como contactos cercanos, según el personal del edificio.
Shanghái, un importante centro económico de 25 millones de habitantes, registró 24 nuevos casos del pasado martes, frente a los ocho del pasado lunes. Se están realizando pruebas a todos los residentes de nueve de sus 16 distritos, y a algunos de otras zonas. (Reuters)