El escritor afgano Ali Ehsani, exiliado en Italia desde los años 90, había lanzado la voz de alarma ante las instituciones italianas y del Vaticano después de que esta familia fuera delatada por un vecino. «Yo les mandaba vídeos de eucaristías y ellos las ponían en el salón de su casa con volumen bajo, pero lo suficientemente alto como para que lo escuchase toda la familia», ha explicado en declaraciones a Europa Press.
Según su relato, un día, uno de los vecinos les preguntó por qué escuchaban «música extraña». «Después desapareció el padre; creen que lo secuestraron los talibanes y tuvieron que escapar», explica. Eshani acabó movilizando a todos sus contactos para ayudarles.
«Se mueven de zona en zona, quieren salir del país, pero no tienen a nadie que les ayude. Busco un canal humanitario que se movilice por ellos», escribió en un periódico italiano.
Eshani es cristiano, uno de los pocos cristianos afganos que hay en el mundo. Lo descubrió cuando tenía 8 años porque sus compañeros de escuela le preguntaron por qué su padre no iba a la mezquita.
«Se lo pregunté a mi padre, y él me dijo: ‘¿quién te ha dicho eso?’ Entonces me explicó que no debía decirle a nadie que nosotros éramos cristianos. Me contó que los cristianos iban a la iglesia, pero no me dijo mucho más por miedo a que yo contara nuestra fe y nos descubrieran», aseguró.
Ahora tiene 38 años y es abogado en Italia. Huyó de Afganistán junto a su hermano, que falleció durante el viaje, tras ver cómo mataban a sus padres y arrasaban su casa. Eshani resumió la historia de su vida y el horror que sufrió por culpa de los talibanes en el libro ‘Esta noche miramos las estrellas’, publicado en italiano por la editorial Feltrinelli.
Finalmente, gracias a la intervención del Vaticano, algunos diputados del Parlamento italianos y la fundación católica ‘Meet Human’-la rama más reciente de la Fundación San Michele Arcangelo de Bérgamo-, los catorce miembros de esta familia pudieron llegar al aeropuerto Internacional Hamid Karzai y subirse a un avión fletado por las autoridades italianas. Actualmente, es la Fundación Meet Human la que se hace cargo de estas personas. (Europa Press)