Roma.- La Iglesia Católica envió a dos cardenales a Ucrania para acompañar la ayuda humanitaria y paliar las consecuencias por invasión de Rusia, dispuso ayer el Papa Francisco, luego el rezo del Ángelus.
Concretamente, de han trasladado a la zona el limosnero apostólico, el cardenal polaco Konrad Krajewski, quien se ocupa de realizar las obras de caridad del Papa, y el jesuita cardenal Michael Czerny, nuevo prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, para acompañar los camiones que llevan ayuda humanitaria hasta el país.
«Representan la presencia del Papa y de todo el pueblo cristiano que quiere decir ‘la guerra es una locura, parad por favor'», dijo.
El Sumo Pontífice aseguró que la Santa Sede «está dispuesta a todo por ayudar». Además, volvió a condenar la guerra en Ucrania, que «siembra destrucción y miseria», y ha instado a abrir «de verdad» corredores humanitarios, después de que los esfuerzos por evacuar a la población civil en las localidades Mariúpol y Volnovaja -las más golpeadas por la ofensiva rusa- resultasen infructuosos al no respetarse el alto el fuego pactado.
«En Ucrania corren ríos de sangre y de lágrimas. No se trata de una simple operación militar sino de una guerra que siembra destrucción y miseria», ha denunciado el Papa Francisco.
Asomado a la ventana de su estudio privado en el Palacio Apóstolico, Francisco ha lamentado que las víctimas son «cada vez más numerosas» del mismo modo que crece la cantidad de «personas que huyen de la guerra, especialmente madres con niños».
Así, constató que en Ucrania -que ha definido como «un país martirizado»- «crece dramáticamente de hora en hora la necesidad de asistencia humanitaria».
En este sentido, hizo un llamamiento para que se aseguren «de verdad» los corredores humanitarios en un momento en el que escasean bienes de primera necesidad y medicinas en el país.
El Papa Francisco reclamó así que sea garantizado el acceso de la ayuda humanitaria para poder brindar el «vital socorro» a los que están «oprimidos por las bombas y el miedo», publicó Europa Press.
«Agradezco a todos los que están acogiendo a los refugiados», añadió. Además, imploró «que cesen los ataques», que prevalezca «la negociación y el sentido común» y que se vuelva a «respetar el derecho internacional».
PERIODISTAS
Según Europa Press, el Papa Francisco también mostró su agradecimiento a los periodistas que se juegan la vida» en la primera línea de los combates «para garantizar la información ponen en riesgo su propia vida».
«Gracias por vuestro servicio, un servicio que nos permite estar cerca del drama de esa población y valorar la crueldad de la guerra», destacó.
Hasta la plaza de San Pedro se desplazó asociaciones de ucranianos que viven en Italia con banderas de su país. El Papa también ha notado la presencia de banderas de los colores azul celeste y amarillo al mostrar su cercanía al pueblo ucraniano.
RUSIA
De acuerdo con Reuters, el Papa Francisco rechazó ayer la afirmación de Rusia de que está llevando a cabo «una operación militar especial» en Ucrania, diciendo que el país está siendo golpeado por la guerra.
«En Ucrania fluyen ríos de sangre y lágrimas. No se trata de una operación militar, sino de una guerra que siembra muerte, destrucción y miseria», dijo el Papa Francisco en su discurso semanal ante la multitud reunida en la Plaza de San Pedro.
Sin embargo, como ha sido el caso durante los 11 días de conflicto, el pontífice no condenó públicamente a Rusia por su nombre por su invasión. En cambio, reiteró su llamado a la paz, la creación de corredores humanitarios y la vuelta a las negociaciones.
«En ese país mártir, la necesidad de asistencia humanitaria crece cada hora», dijo el Papa, hablando desde una ventana que da a la plaza. «Que prevalezca el sentido común, volvamos al respeto del derecho internacional».
Rusia llama a sus acciones en Ucrania una «operación especial», no una guerra, y dice que no busca ocupar territorio, sino destruir las capacidades militares de su vecino y capturar a los que considera peligrosos nacionalistas.
Había mucha más gente de lo normal reunida frente a la basílica de San Pedro para la comparecencia dominical del Papa, y algunos sostenían en alto banderas multicolores de la paz, así como la enseña azul y amarilla de Ucrania.
«La Santa Sede está dispuesta a hacer todo lo posible para ponerse al servicio de la paz», dijo el religioso argentino, agregando que dos cardenales católicos romanos habían ido a Ucrania para ayudar a los necesitados. «La guerra es una locura, por favor paren», afirmó.
Andriy Yurash, embajador de Ucrania ante el Vaticano, elogió al Papa por llamar al conflicto una guerra.
«Estoy muy, muy feliz de que haya dicho eso», dijo a Reuters en la Plaza de San Pedro poco después de que el Papa terminara su discurso.
«Incluso aunque el Papa no dijera la palabra ‘Rusia’, todos en el mundo saben quién es el agresor que nos invadió y quién comenzó esta guerra no provocada», concluyó. (Agencias)