El papa Francisco dijo ayer que cree que la muerte de Benedicto XVI, el pasado 31 de diciembre a los 95 años, fue instrumentalizada «por gente de partido y no de Iglesia», en relación a las declaraciones, publicaciones y libros, como el del secretario del pontífice emérito, George Ganswein, que surgieron tras el fallecimiento.
Incluso afirmó que «esas historias que se cuentan de que Benedicto XVI estaba muy disgustado» con él «era un cuento chino», en referencia, aunque no lo citó a Ganswein, quien en una entrevista aseguró que a Benedicto XVI no gustó el límite que introdujo el papa a las misas en rito tridentino, anteriores al Concilio Vaticano II, y que se celebran en latín y de espaldas a los fieles.
Así se expresó en la rueda de prensa de regreso de su viaje a República Democrática del Congo y Sudan del Sur y en la que estuvo acompañado por el líder de la Iglesia anglicana, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia presbiteriana de Escocia, Iain Greenshields, que se habían unido a él en la última etapa del viaje.
Francisco fue consultado sobre la unidad de la Iglesia católica luego de la muerte de Joseph Ratzinger, tras la que se produjeron una serie de declaraciones contra él por parte del ala más conservadora de la Iglesia, como un artículo que se reveló tras su muerte que había sido escrito por el cardenal australiano George Pell que calificaba su pontificado de «catástrofe».
También se publicaron dos libros en los que se criticaban algunas de sus posturas, como el de Ganswein y otro del cardenal Gerhard Müller, Prefecto Emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El papa quiso puntualizar que siempre pudo consultar y hablar de todo con el papa emérito.
«El siempre estaba y me apoyó y si tenía alguna dificultad me la decía. Hablábamos, no había problemas», aseguró con firmeza.
Y citó como ejemplo una vez que Francisco habló de uniones entre personas del mismo sexo, diciendo que la Iglesia no podía aceptar el matrimonio, porque es un sacramento, pero que existían las uniones civiles para protegerse.
Entonces, «una persona que se cree un gran teólogo, a través de un amigo de Benedicto XVI, hizo una denuncia» al papa emérito sobre lo que había dicho Francisco.
«Pero Benedicto no se asustó. Llamó a cuatro cardenales teólogos de primer nivel y les dijo: «Explíquenme esto» y así terminó la historia. Esto es para contar cómo se movía Benedicto cuando se le hacía una denuncia», explicó.
Y añadió: «A Benedicto le he consultado algunas decisiones y él estaba de acuerdo»,
Francisco, que en una reciente entrevista dijo que no le molestaban las críticas, pero que «prefería que se lo dijeran a la cara», lanzó durante esta rueda de prensa una dura acusación: «Creo que la muerte de Benedicto fue instrumentalizada por la gente que quiere llevar el agua a su molino”.
“Y esta gente que de una manera u otra instrumentaliza a una persona tan buena, tan de Dios, un santo padre de la Iglesia, es gente de partido y no gente de Iglesia. Se ve que algunos tienen la tendencia de hacer posiciones teológicas, un partido», añadió y aseguró que «deja pasar las cosas» y que «la Iglesia seguirá adelante como siempre».
Y volvió a insistir: «He querido decir claramente quién era el papa Benedicto y no estaba disgustado», desmintiendo así las declaraciones de Ganswein. (Infobae).