La nueva moción, presentada el mismo día en que el cuarto gabinete de Castillo busca el respaldo de los legisladores, se sustenta en 20 denuncias de supuestas faltas constitucionales del mandatario, incluyendo la reciente acusación de una empresaria que lo vincula en presuntos actos de corrupción.
Castillo niega las acusaciones.
“Estamos comprometidos en llevar adelante esta moción porque consideramos que es una alternativa para salir de la crisis política en la que nos encontramos”, dijo a periodistas Alejandro Muñante, del partido de derecha Renovación Popular, al anunciar la iniciativa de la oposición.
El intento de iniciar un juicio político contra Castillo, que alega que el mandatario no es apto moralmente para el cargo, fue presentado con 50 firmas de un total de 130 legisladores.
Presentar la moción para un proceso político es solo el primer paso para intentar destituir a un presidente en Perú, pues esta debe ser admitida en una sesión con 52 votos. Si esto progresa, remover a Castillo requiere al menos 87 votos.
Si bien el Congreso está controlado por la oposición, un intento para iniciar el proceso de juicio político a Castillo en diciembre no logró pasar la valla requerida.
Medios peruanos difundieron a fines de febrero declaraciones de la empresaria Karelim López ante la fiscalía -que investiga presuntos actos de corrupción en el Gobierno- en las que vincula a Castillo en supuestos actos irregulares. López, también inmersa en las investigaciones, busca acogerse a un proceso de colaboración con la justicia a cambio de obtener beneficios.
Castillo, quien asumió la presidencia en julio con el partido marxista-leninista Perú Libre tras ganar sorpresivamente unas apretadas elecciones, ha rechazado las acusaciones y denunció a grupos de poder económico que no identificó de intentar nuevamente dar un «golpe» contra su Gobierno.
En los primeros siete meses de gestión el Gobierno de Castillo ha estado envuelto en escándalos.
Desde que asumió el mandato ha designado a cuatro gabinetes de ministros en medio de una inestabilidad política. Su tercer primer ministro duró apenas unos días antes de renunciar por violencia doméstica.
El apoyo a la gestión de Castillo ha caído por debajo del 30 % según las últimas encuestas de Ipsos Perú y EIP, a sus niveles más bajos o cerca de ellos desde que asumió el poder.
Perú, el segundo mayor productor mundial de cobre, ha tenido desde el 2016 cinco presidentes, incluyendo a Castillo, en medio de denuncias de corrupción y enfrentamientos con el Congreso. (Reuters)