Por parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU) la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) participaron de la ayuda, confirmó en Twitter el jefe de esta última agencia, Filippo Grandi.
Para Grandi, la «prioridad» pasa por «impedir que haya muertos» y «mover a las personas a lugares más seguros en Bielorrusia». «Agradecemos el acceso y estamos listos para ayudar a buscar soluciones», ha declarado, ofreciendo una mano tendida a las partes directamente implicadas en esta crisis.
La OIM calcula que más de una decena de migrantes han fallecido este año en esta ruta migratoria, especialmente concurrida desde que el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, anunciase que no impediría el tráfico de migrantres hacia la UE. Desde el bloque comunitario se denuncia que no solo no lo está impidiendo, sino que lo está promoviendo.
El secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), Jan Egeland, ha afeado a la UE su «incapacidad» para atender a estos migrantes, habida cuenta de que es «un número bajo» en comparación con la capacidad de asistencia que puede brindar Europa. Egeland ha recordado que a Irán están llegando cada día a miles –«hasta 5.000»– refugiados afganos.
«Es una gota en el océano si se compara con las cifras de personas desplazadas a otros países que son mucho más pobres», ha advertido el secretario del NRC, que ha apelado a una defensa de los valores europeos y a la solidaridad colectiva para evitar que haya gente muriendo de hipotermia en la frontera exterior de la UE.
Asimismo, ha tachado de «atroz» la forma en que «Bielorrusia usa a los migrantes y refugiados para lograr sus objetivos políticos». En este sentido, ha señalado que «las personas vulnerables no son peones que puedan usarse en una lucha geopolítica». (Europa Press)