Volker Turk, comisionado de la ONU para los derechos humanos, había exigido antes que Irán pusiera fin al uso desproporcionado de la fuerza en la represión de las protestas, que estallaron tras la muerte bajo custodia policial de la joven kurda de 22 años Mahsa Amini el 16 de septiembre.
Las protestas se centraron especialmente en los derechos de las mujeres, pero también han pedido la caída del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei. Amini fue detenida por la policía de la moral por un atuendo considerado inapropiado según el código de vestimenta islámico de Irán.
Los disturbios han supuesto uno de los retos más complicados para la élite clerical gobernante de Irán desde que llegó al poder con la revolución islámica de 1979, aunque las autoridades aplastaron protestas importantes antes.
La misión recogerá pruebas sobre los abusos cometidos durante los días de represión de las autoridades.
La representante de Teherán en la reunión de Ginebra, Khadijeh Karimi, acusó anteriormente a los estados occidentales de utilizar el Consejo de Derechos para atacar a Irán, una medida que calificó de atroz y vergonzosa.
La votación de ayer se consideró una prueba de la influencia de Occidente en el Consejo, ya que China impulsó una enmienda de última hora para excluir la investigación. Finalmente, se aprobó con facilidad.
Turk, que dijo que Irán se enfrentaba a una crisis de derechos humanos en toda regla con 14.000 personas detenidas, incluidos niños, afirmó que Teherán no había respondido a su petición para visitar el país.
Irán no dio ninguna cifra de muertos entre los manifestantes, pero el viceministro de Asuntos Exteriores, Ali Bagheri Kani, dijo ayer que unos 50 policías habían fallecido y cientos resultaron heridos en los disturbios, la primera cifra oficial de muertos entre las fuerzas de seguridad
No dijo si esa cifra incluía también las muertes de otras fuerzas de seguridad, como la Guardia Revolucionaria.
REPRESIÓN
La represión fue especialmente intensa en las zonas kurdas, situadas en el oeste de Irán, y el observatorio de derechos de la ONU informó esta semana de la muerte de 40 personas en esas zonas durante la última semana.
Voria Ghafouri, un jugador de fútbol kurdo iraní, fue detenido ayer por insultar a la selección nacional y hacer propaganda contra el sistema, según las informaciones. Fue detenido tras una sesión de entrenamiento con el club de fútbol Foolad Khuzestan.
Las autoridades iraníes detuvieron a varios futbolistas por expresar su apoyo a las protestas. (Reuters).