Turk recordó cómo algunos escritores latinoamericanos plasmaron del «lado oscuro» de las «revoluciones» para hacer balance de cómo está la situación hasta el día de hoy en Nicaragua, un país al que la oficina de Derechos Humanos tiene vetado el acceso por las reticencias del Gobierno.
El Alto Comisionado lamentó en su análisis periódico de la situación las condiciones precarias en que están detenidos los presos políticos, así como el trato humillante y degradante al que se somete a sus familias. En este sentido, denunció la detención de familiares de opositores como medida de presión a estos últimos.
A la lista de hechos preocupantes se suma también la cancelación de más de 3.000 ONG, el cierre de casi una treintena de medios o el acoso a activistas, clérigos o periodistas, entre otros abusos. Además, al menos doce nicaragüenses no pudieron regresar a su país por una decisión del Gobierno.
«Todo como parte de un esfuerzo sistemático para sofocar a opositores y disidentes», expresó Turk, preocupación por la ola de arrestos en los meses previos a los diversos procesos electorales. Los comicios locales de noviembre, de hecho, «tuvo elementos de un ejercicio autocrático», añadió el Alto Comisionado.
«El día de las elecciones estuvo plagado de actos de intimidación, con puestos de control establecidos alrededor de los colegios electorales para rastrear a los votantes. A las personas percibidas como opositoras políticas se les negó el acceso a los centros de votación», lamentó.
REFUGIADOS
El eco de la crisis política en Nicaragua se extiende más allá de sus fronteras. Entre enero y octubre, Costa Rica 70.000 nuevas solicitudes de asilo, mientras que unos 147.000 nicaragüenses fueron interceptados en las fronteras de Estados Unidos.
Turk solicitó medidas de protección internacional para estas personas, en la medida en que se vieron obligadas a salir del país centroamericano, en un llamamiento a una comunidad internacional de la que Nicaragua ha seguido aislándose en los últimos meses.
La falta de colaboración con diversas instituciones es, según Turk, la imagen de un contrato social en ruinas, de una sociedad fracturada. Por este motivo, llamó a iniciar un diálogo nacional inclusivo que tenga en cuenta por encima de todo el respeto a los Derechos Humanos. (Europa Press).