Turk hizo un balance de la situación en Ucrania, durante un discurso en el que recordó que diez millones de hogares y empresas sufren cortes de electricidad fruto de unos ataques que, si no se detiene, podrían llegar a un deterioro aún más grave de la situación humanitaria y provocar más desplazamiento.
La ONU estima que más de 18 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, mientras que la cifra de refugiados supera los 7,8 millones y la de desplazados internos los 6,5 millones. Además, 1,5 millones de niños pueden sufrir problemas de salud mental.
La oficina que dirige Turk tiene constancia de más de 6.700 civiles fallecidos desde que comenzó la invasión y el Alto Comisionado explicó ayer que sólo en las regiones de Kiev, Chernígov y Sumi se confirmaron 441 muertes, 28 de ellos niños hasta el 6 de abril, cuando ya algunas zonas fueron accesibles tras las retiradas de las tropas rusas.
CRÍMENES DE GUERRA
Naciones Unidas ha confirmado que los militares rusos ejecutaron a civiles previamente detenidos, así como en lugares públicos o incluso viviendas. “Hasta cuando una víctima había demostrado claramente que no era una amenaza, por ejemplo, levantando sus manos al aire”, señaló el Alto Comisionado.
Así, existen fuertes indicios que se perpetraron ejecuciones sumarias, lo que según Turk equivaldría a crímenes de guerra. Solicitó que se investigue cualquier posible abuso y que los responsables rindan cuentas ante la Justicia.
Sin embargo, hasta el momento, la rendición de cuentas es muy insuficiente. La ONU no logró confirmar ningún caso en el que un miembro de las Fuerzas Armadas rusas haya sido juzgado e incluso en Ucrania faltan recursos y capacidades para llevar a cabo estas pesquisas.
«Las cicatrices de la guerra serán profundas» y «la rendición de cuentas uno de los remedios para sanar las heridas de la guerra», insistió Turk en su discurso. (Europa Press).