Roma.- El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, instó a los países que conforman el G20, reunidos este fin de semana en Roma (Italia), a poner fin a la desigualdad en el reparto de las vacunas.
OMS dijo que de los estados depende «alcanzar el objetivo de vacunar al 40% de todos los países a finales de 2021 y al 70 % a mediados del próximo año».
Así se ha expresado Tedros en una carta abierta dirigida a estos líderes mundiales y que ha firmado junto con los Duques de Sussex, el Príncipe Harry y Meghan Markle.
«Los líderes del G20 tienen el poder de acelerar las donaciones prometidas desde hace tiempo y de comprometerse a romper el control que los países fabricantes y las empresas farmacéuticas tienen actualmente sobre el acceso a las vacunas y sobre su fabricación», se lee en el documento.
Precisamente, tal y como recuerdan desde la OMS, los líderes de las naciones más ricas del mundo se reunieron en la Cumbre del G7 en junio, y anunciaron colectivamente que se enviarían mil millones de dosis de vacunas covid-19 a los países de ingresos bajos y medios para ayudar a vacunar al mundo. Las empresas farmacéuticas han prometido casi lo mismo.
Sin embargo, varios países todavía no tienen suficientes vacunas para sus propios trabajadores sanitarios, por lo que los autores de esta carta abierta se preguntan por estas dosis.
«De los casi 7.000 millones de dosis que se han administrado en todo el mundo, solo el 3 por ciento de las personas de los países de bajos ingresos se han vacunado hasta ahora. ¿Dónde está el resto?», recogió en el escrito
De hecho, recordaron que a Covax, la iniciativa diseñada para ayudar a conseguir un acceso mundial justo a las vacunas covid-19, se le han prometido 1.300 millones de dosis que serán donadas para los países de bajos ingresos a los que apoya, pero hasta la fecha solo ha podido enviar 150 millones, el 11,5%. «¿Dónde está el resto?», se vuelven a preguntar en la carta. «Las promesas no se están traduciendo en vacunas que lleguen a las personas que las necesitan», advirtió.
Según la OMS, entre los países representados en el G20, hay un puñado con millones de vacunas excedentes que están destinadas a ser desperdiciadas una vez que expiran.
«Cada dosis desechada de una vacuna covid-19, cuando existen los mecanismos para donarlas, debería indignarnos a todos. Cada dosis representa a una persona real (una madre, un padre, una hija o un hijo) que podría haber estado protegida», escribió en la carta.
Así, el director general de la OMS y los Duques de Sussex señalan que «estas son vacunas públicas». Muchas de las personas a las que representan, continúan, «pagaron la investigación y el desarrollo de estas vacunas», señalan, para insistir en que el acceso a las mismas es «un derecho humano fundamental».
«Debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para hacer llegar las dosis al mayor número de personas que las quieran y las necesiten, lo más rápido posible, en el orden correcto, y para tener el mayor impacto posible», recalcó.
Para la OMS, hay países, muchos de ellos representados en la mesa del G20, con la experiencia médica y científica necesaria para formar parte de la solución, dispuestos a fabricar su propia vacuna para su propia gente y para otros.
«Sin embargo, se ven bloqueados por obstáculos evitables, como la incapacidad o la falta de voluntad de los países productores de vacunas y las empresas farmacéuticas para compartir uno de los bienes públicos más importantes de la historia moderna», afirmaron los autores de la carta.
Así, tal y como se explicita en el documento, para llegar a los objetivos de vacunación es preciso «cerrar inmediatamente la brecha de 550 millones de dosis para acelerar el objetivo de cobertura del 40 por ciento para finales de 2021, acelerando los compromisos existentes de donaciones de dosis a Covax, prometiendo otras nuevas, ejecutando intercambios de dosis y eliminando las restricciones a la exportación de vacunas». (Europa Press)
Financiación de acceso
En este sentido, la OMS también urge a los países del G20 a financiar plenamente el Acelerador de Acceso a las Herramientas de Covid-19 (ACT) para que pueda llevar a cabo su labor de proporcionar vacunas, diagnósticos y tratamientos a las personas más vulnerables del planeta, desde las poblaciones de edad avanzada y los trabajadores sanitarios hasta los refugiados.
Además, la organización de las Naciones Unidas también subrayó la importancia de exigir a las empresas farmacéuticas mayores niveles de transparencia, incluyendo proyecciones mensuales de producción y calendarios de entrega compartidos públicamente para ayudar a los países a planificar mejor la recepción y el reparto de dosis.
En esta línea, también ponen de relieve la necesidad de compartir la tecnología de las vacunas y desmantelar las barreras de producción de las mismas, apoyando una propuesta de las decenas de países que piden la exención de las restricciones de propiedad intelectual en tiempos de crisis mundial.
«Al entregar las dosis ya prometidas, ayudar a los países a fabricar sus propias vacunas y dar prioridad a las vacunas para las naciones necesitadas, el G20 puede ayudar a garantizar que el mundo cumpla estas promesas», indicó en la carta.