Lima.- Abimael Guzmán, fundador del grupo insurgente peruano Sendero Luminoso, que causó la muerte de decenas de miles en las décadas de 1980 y 1990, falleció ayer a los 86 años, comunicaron las autoridades peruanas en Twitter.
Según los informes, Guzmán había estado mal de salud en los últimos meses y estaba encarcelado desde 1992.
El exprofesor de filosofía purgaba prisión perpetua desde 1992, cuando fue capturado por un comando de inteligencia policial en una vivienda de Lima luego de haber permanecido por varios años en la clandestinidad al mando del grupo subversivo.
Susana Silva, quien dirige el sistema penitenciario de Perú, dijo a la radio RPP ayer que Guzmán había estado enfermo en los últimos meses y había salido del hospital a principios de agosto.
Señaló que su condición de salud empeoró en los últimos dos días, sin dar más detalles. Agregó que Guzmán iba a recibir más atención médica, pero murió en su celda cerca de las 6:40 hora local (1140 GMT).
Guzmán, que viajó a China a fines de la década de 1960 y se cautivó de la Revolución Cultural de Mao Tse-tung, fundó Sendero Luminoso en la década de 1970 e inició su lucha armada en 1980.
El grupo rebelde, considerado como uno de los más violentos de América Latina junto a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, tenía como objetivo llegar al poder a traves de una «guerra de guerrillas desde el campo a la ciudad» con militantes radicales para imponer un gobierno comunista en Perú.
La guerra de Sendero Luminoso con las fuerzas de seguridad dejó unos 69.000 muertos y desaparecidos, entre civiles y militares, tras dos décadas de intensos choques, asesinatos selectivos y atentados casi a diario con coches bombas a entidades públicas y privadas, según una Comisión de la Verdad.
Durante los años de lucha, se rumoreaba que estaba muerto, gravemente enfermo o que tenía una vida cómoda en Europa. Pero Guzmán tenía una red de informantes y una extraña habilidad para evadir su captura que le dio una reputación casi legendaria de aparecer en todos lados sin la necesidad de poder estarlo.
GUERRA
Al inicio de la guerra, tras años de preparación de cuadros con profesionales intelectuales, campesinos y estudiantes universitarios, Guzmán operó desde la región andina de Ayacucho.
Con escopetas, machetes y dinamita comenzaron a atacar con fervor y crueldad a las fuerzas de seguridad, funcionarios electos y campesinos que se resistían a su adoctrinamiento.
Hacia fines de la década de 1980, la guerra interna -sumado a una profunda crisis económica- se había convertido en una seria amenaza para el Estado, con la mayoría de regiones del país en estado de emergencia o bajo el control militar.
Los seguidores de Guzmán lo llamaban la cuarta espada del marxismo, después de Marx, Lenin y Mao, y lo idolatraron con cánticos revolucionarios, canciones, carteles y literatura.
Sus pocas obras escritas, aunque poco estimadas por los marxistas académicos, se había convertido en mantras para los seguidores de Sendero Luminoso que repetían sus dichos como si fueran verdades bíblicas, según analistas en tema de seguridad.
Carteles de propaganda de Sendero Luminoso mostraban a Guzmán con gafas elevándose sobre las masas campesinas y los ejércitos guerrilleros, señalando con una mano y sosteniendo el revolucionario «Pequeño Libro Rojo» de Mao con el otro.
«ZORBA EL GRIEGO»
Pero tras años de misterio la primera imagen que la mayoría de peruanos vio de Guzmán fue cualquier cosa menos de un cabecilla revolucionario. Aparentemente borracho, bailaba «Zorba el Griego» con un grupo de dirigentes y posó para un video grabado por los miembros de Sendero Luminoso y que fue incautado por la policía en 1990 y mostrado en televisión nacional.
La cinta de video dejó en claro que estaba vivo y en actividad, pero melló su reputación de austeridad y golpeó la moral de parte de sus militantes, según la Policía.
Sin embargo, el grupo se recuperó de eso y de algunas capturas de dirigentes y arremetió con atentados en la capital, Lima, uno de ellos en julio de 1992 cuando colocó un coche bomba en el barrio residencial de Miraflores matando a 25 personas.
Ese mismo año en septiembre, cuando gobernada con mano dura el entonces mandatario Alberto Fujimori luego de haber disuelto el Congreso, la Policía lo capturó sin ningún disparo tras intervenir una casa que tenía como fachada una academia de ballet, junto a otros militantes del grupo rebelde.
Entre ellos estaba su pareja Elena Iparraguirre, quien purga también cadena perpetua por haber sido lider de Sendero Luminoso. Ambos se casaron en prisión en el 2010.
Tras su captura, el grupo comenzó a desmoronarse y fue prácticamente derrotado. Pero sus remanentes se replegaron en una zona andina denominada el Vraem, del tamaño de Puerto Rico, donde brindan seguridad a narcotraficantes y lanzan esporádicos ataques a las fuerzas de seguridad, según la Policía.
En el último ataque de ese grupo mataron a 16 civiles, entre ellos cuatro menores de edad, a fines de mayo a casi dos semanas de la segunda ronda electoral presidencial en las que ganó el dirigente de izquierda Pedro Castillo. (Reuters)