Kabul.- Al menos seis personas murieron ayer a causa de varias explosiones registradas en una escuela situada en un barrio de mayoría chií en la capital de Afganistán, Kabul, según han confirmado las autoridades afganas.
“Según las informaciones preliminares, seis de nuestros compatriotas han caído mártires y once han resultado heridos a causa de varias explosiones frente al Instituto Abdulrahim Shahid, en el Distrito Policial 18”, dijo el portavoz de la Policía de Kabul, Jalid Zadran.
“Nuestras fuerzas de seguridad han llegado a la zona y hay una investigación en marcha”, manifestó Zadran en un mensaje en su cuenta oficial en la red social Twitter. Poco antes, había indicado que las explosiones habían causado víctimas entre los «hermanos chiíes», sin dar más detalles.
Según las informaciones recogidas por la cadena de televisión afgana Tolo TV, las explosiones han tenido lugar cuando los alumnos abandonaban sus clases en el instituto. Posteriormente se ha registrado otra explosión en un centro educativo situado a pocos kilómetros.
La escuela se encuentra situada en el barrio de Dasht-e-Barchi, en el Distrito Policial 18 de Kabul, y cuenta con una mayoría de habitantes hazara, objetivo en el pasado de varios atentados por parte del grupo yihadista Estado Islámico.
Esta minoría fue objetivo en el pasado de ataques por parte de los talibán, ahora en el poder tras la toma de Kabul en agosto de 2021. Las nuevas autoridades han rechazado desde entonces diversas acusaciones sobre discriminación y abusos contra los hazaras.
Por su parte, el coordinador humanitario de Naciones Unidas para Afganistán, Ramiz Alakbarov, condenó firmemente el «horroroso ataque» en Kabul, según un comunicado publicado por su oficina, en el que ha reiterado que los ataques contra civiles están prohibidos por el Derecho Humanitario.
«En nombre de toda la comunidad humanitaria en Afganistán, expreso mis sinceras condolencias a todos los afectados y a las familias de los fallecidos», manifestó.
«La violencia en las escuelas o sus alrededores nunca es aceptable. Para el pueblo afgano, ya afectado por 40 años de guerra, las escuelas deben ser lugares seguros y sitios donde los niños puedan aprender y florecer», remarcó.
Por su parte, la Misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) también condenó «inequívocamente» el «atroz» ataque y ha pedido que los responsables sean llevados ante la justicia.
En Twitter, indicó que la representante especial de la Secretaría General de la ONU en el país asiático, Deborah Lyons, ha extendido sus condolencias a las familias de las víctimas y sus deseos de una pronta recuperación para los heridos.
Además, el director para Afganistán del Consejo Noruego para los Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés), Neil Turner, se sumó a las condenas y ha recordado que Afganistán «ha sido uno de los países más mortíferos para los niños» y «uno de los que más complicaciones ofrece para que estudien».
«La inseguridad, los ataques directos, la pobreza y la reciente suspensión de la vuelta de las niñas a la escuela secundaria ha robado a miles de estudiantes su derecho básico a la educación durante las últimas décadas», lamentó.
Por ello, pidió que los estudiantes, niños y niñas, puedan acceder a la educación en Afganistán. «Los niños necesitan un entorno seguro y ser protegidos de sufrir amenazas mientras persiguen su sueño de un futuro mejor», concluyó. (Europa Press)