Birmania.- Los cuerpos carbonizados de 38 personas han sido hallados ayer en una aldea del estado de Kayah, en el este de Birmania, en un ataque que la oposición ha atribuido a la junta militar debido a la resistencia armada que existe en la región, donde se asienta el pueblo karenni.
Las víctimas, entre ellas un menor de edad, han sido encontradas dentro de una decena de vehículos completamente destruidos en las inmediaciones del pueblo de Moso, según ha contado uno de los líderes de la resistencia armada de la región, la KNDF, ha informado Myanmar Now.
Algunos de los restos encontrados hacen sospechar que las víctimas eran lugareños de la zona que estaban huyendo de las tropas de la junta militar, las cuales reforzaron su presencia en la región el viernes. “Ya no son humanos. Sus crímenes son peores que los cometidos por los fascistas”, ha expresado este líder de la KNDF, que ha preferido mantener su anonimato.
Unos cien soldados del Ejército birmano hicieron acto de presencia en la zona el viernes, desde el municipio de Demoso hacia Hpruso, donde mantuvieron un enfrentamiento con fuerzas de las KNDF, que sufrió al menos cuatro bajas.
Por su parte la junta militar no ha ofrecido su versión oficial de los hechos, pero algunos medios de comunicación estatales, como el diario “Myanma Alinn” han señalado que los combates tuvieron lugar el viernes después de que el brazo armado del Partido Nacional Progresista Karenni y otros opositores se negaran a detener sus vehículos durante un control rutinario del Ejército.
Ayer, la organización Save the Children ha informado que dos de sus trabajadores en la zona están desaparecidos desde el incidente. Estos volvían a sus casas tras una misión humanitaria en la zona cuando su coche privado fue atacado y quemado, según la ONG. Por el momento siguen desaparecidos.
En un comunicado, la ONG ha detallado que son 38 los cuerpos encontrados hasta el momento, aunque en un primer momento se había hablado de 35 víctimas. Según los testimonios que ha podido recoger la organización, los militares obligaron a las personas a salir de sus vehículos, arrestaron a algunas, mataron a otras y quemaron sus cuerpos.
La directora ejecutiva de Save the Children, Inger Ashing, después de condenar este ataque como una violación del Derecho Internacional Humanitario, ha indicado que están “horrorizados por la violencia llevada a cabo contra civiles inocentes y personal humanitario”.
“Continúan las investigaciones sobre la naturaleza del incidente, pero no se pueden tolerar los ataques contra los trabajadores humanitarios”, ha reprochado Ashing.
El estado de Kayah fue una de las primeras regiones del país en alzarse contra la junta militar responsable del golpe de Estado del pasado 1 de febrero, anulando así los resultados de las elecciones generales de noviembre de 2020, en las que salió vencedor el partido de la antigua ‘líder de facto’ Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia (NLD, por sus siglas en inglés). (EUROPA PRESS)