La localidad está cerca de la frontera con Rusia y Bielorrusia y en ella residen ahora mismo la mitad de los 285.000 habitantes censados antes de la invasión rusa del 24 de febrero.
El alcalde, Vladislav Atroshenko, describió el estado de la ciudad como “catastrófico”.
Según sus palabras, la ciudad se encuentra sin energía y es imposible salir de ella porque las fuerzas rusas han destruido un puente que enlaza la localidad con la capital, Kiev.
“Estamos decidiendo cómo sacar a los heridos graves por cualquier medio. No podemos operarlos localmente”, ha declarado antes de agregar que unas 44 personas, tanto militares como civiles, necesitaban atención médica. (Europa Press)