El Centro del Golfo de Derechos Humanos (GCHR, en inglés) afirmó en un comunicado que la explosión, cuya autoría ningún grupo ha reivindicado, causó además la muerte de dos transeúntes y una cuarta persona sufrió quemaduras.
El atentado tuvo lugar en la medianoche del miércoles a jueves en el distrito de Al Mansoura, y causó la muerte del periodista Saber al Haidari, quien colaboraba con cadenas de televisión asiáticas, y se desconoce de momento su autoría, así como de otras dos personas.
El ministro de Información del Gobierno reconocido por la comunidad internacional, Muamar al Iryani denunció ayer el atentado, y explicó que Al Haidari trabajaba para el Ministerio de Información del Yemen y colaboraba con una televisión japonesa, y que había huido de Saná en 2017 tras ser hostigado por los rebeldes chiíes hutíes que controlan la capital.
”Este crimen terrorista confirma que los periodistas y corresponsales de medios árabes y extranjeros se han convertido en un objetivo para la milicia hutí, y que su ataque sistemático pretende sembrar el terror en ellos e impedir que lleven a cabo su mensaje desde las zonas liberadas”, dijo Al Iryani en su cuenta oficial en Twitter.
Por su parte, el GCHR denunció en su comunicado las restricciones y “los continuos ataques contra la libertad de expresión por parte de todos los grupos (beligerantes en el Yemen), incluido el encarcelamiento de periodistas, algunos de los cuales se enfrentan a la pena de muerte por su trabajo y el asesinato de periodistas con coches bomba”.
La nota cita varios casos de periodistas encarcelados o hostigados por su trabajo o por publicar sus opiniones en redes sociales en Saná y Adén, e insta a que la comunidad internacional, a presionar para “la puesta en libertad inmediata e incondicional de todos los detenidos por su opinión, incluidos los periodistas”.
Adén fue escenario de varios atentados similares en los últimos años, atribuidos a grupos yihadistas suníes activos en la ciudad, como Al Qaeda y el Estado Islámico, o a los insurgentes hutíes, respaldados por Irán, y que habían atacado la ciudad con misiles y drones.
El pasado 26 de mayo cinco personas murieron y varias decenas resultaron heridas al estallar un artefacto explosivo en un mercado de esa ciudad, donde el Gobierno yemení instaló su sede provisional después de que los hutíes se alzaron en armas en 2014 y controlaron Saná y otras amplias regiones del noroeste del país.
El conflicto se agudizó el año siguiente con la intervención de una coalición militar internacional liderada por Arabia Saudí en apoyo del Gobierno y es considerado por la ONU como una de las mayores tragedias humanitarias del planeta con el 80 % de la población necesitada de algún tipo de asistencia.
No obstante, todas las partes del conflicto iniciaron en abril una tregua de dos meses que fue prorrogada el pasado 2 de junio por otros dos meses. (Infobae)