Leigh-On-Sea, Inglaterra.- David Amess, legislador del Partido Conservador del primer ministro británico, Boris Johnson, murió tras ser apuñalado por un hombre que acudió a una reunión con votantes de su distrito electoral en una iglesia.
Amess, de 69 años y quien representba a Southend West en Essex, este de Inglaterra, fue apuñalado alrededor de medio día hora local por un hombre que entró en la reunión de su circunscripción en la Iglesia Metodista Belfair en Leigh-on-Sea.
Policías armados acudieron al recinto y dijeron que un hombre había sido arrestado. Los agentes afirmaron que no buscaban a nadie más en relación con el incidente.
Los servicios de emergencia intentaron salvar la vida del legislador dentro de la iglesia, pero no tuvieron éxito.
«Él (Amess) fue atendido por los servicios de emergencia pero, lamentablemente, murió en el lugar», dijo la policía. «Un hombre de 25 años fue arrestado rápidamente después de que los agentes llegaran al lugar bajo sospecha de asesinato y se recuperó un cuchillo».
Compañeros de todo el Parlamento expresaron su conmoción y rindieron homenaje a Amess, quien celebraba reuniones periódicas con los votantes el primer y tercer viernes de mes, elogiándolo por la diligencia con la que realizaba sus deberes con los electores.
Amess, casado y con cinco hijos, fue elegido por primera vez al Parlamento para representar a Basildon en 1983, y luego se presentó a las elecciones en Southend West en 1997.
«Fue apuñalado varias veces», dijo a Reuters John Lamb, un concejal local en el lugar.
El sitio web del legislador enumera sus principales intereses son «cuestiones de bienestar animal y pro-vida».
Además, el ataque en la reunión de Amess con los electores replica un caso de 2010 cuando el legislador laborista Stephen Timms sobrevivió a un apuñalamiento en la oficina de su distrito electoral.
También evoca el fatal tiroteo a la laborista Jo Cox en 2016 pocos días antes del referéndum del Brexit.
«Atacar a nuestros representantes electos es un ataque a la democracia en sí», dijo el esposo de Cox, Brendan, en Twitter. «No hay excusa, no hay justificación. Es tan cobarde como parece». (Reuters)