Aunque reiteró su condena a la intervención militar, la primera de esa magnitud en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, el mandatario afirmó que la nación latinoamericana apoyará tanto a ucranianos como a rusos que pudieran resultar afectados por el conflicto.
La postura de México, ligado a Estado Unidos por fuertes lazos económicos e históricos, contrasta con las sanciones impuestas por su vecino y sus aliados al banco central de Rusia y a las principales empresas, oligarcas y altos cargos de ese país, incluido el propio presidente Vladimir Putin.
“Nosotros no vamos a tomar ninguna represalia de tipo económico porque queremos mantener buenas relaciones con todos los gobiernos del mundo”, dijo el gobernante al ser consultado en rueda de prensa sobre la situación de las empresas rusas Lukoil y Aeroflot, con intereses en el país latinoamericano. (Reuters)