A los inmigrantes, muchos de ellos procedentes de Irak, se les ha prohibido entrar en Polonia o regresar a Bielorrusia, aunque algunos tenían previsto volver a Irak en un primer vuelo desde la capital bielorrusa, Minsk, más tarde el jueves.
Entre 200 y 300 personas, principalmente hombres, pero también familias con niños pequeños, permanecían acurrucadas en torno a fogatas improvisadas cerca del punto fronterizo de Kuznica-Bruzgi, dijo un reportero de Reuters en el lado bielorruso de la frontera.
Otros habían montado algunas tiendas de campaña y se podía ver a un hombre alimentando a un bebé. Estaban rodeados por soldados bielorrusos con máscaras, cascos y chalecos protectores, y se podía ver cañón lanzaagua en el lado polaco de la frontera.
Los países europeos acusan a Minsk de transportar en avión a miles de inmigrantes, principalmente de Medio Oriente, y empujarlos a cruzar la frontera ilegalmente, como táctica para castigar a Europa por las sanciones impuestas por la represión bielorrusa de los manifestantes prodemocráticos.
Bielorrusia califica de absurda la acusación de haber creado la crisis, pero dice que la Unión Europea debe levantar las sanciones si quiere resolverla.
La Guardia de Fronteras de Polonia publicó en Twitter ayer que se habían producido 501 intentos de cruzar la frontera el miércoles, con un grupo formado por unas 500 personas. Esto supuso un aumento con respecto a los días anteriores.
El Ministerio de Defensa polaco dijo que uno de los intentos fue inspirado por las fuerzas bielorrusas: un grupo de unas 100 personas fue detenido por las fuerzas polacas cerca de Dubicze Cerkiewne. Bielorrusia ha negado previamente tales acusaciones.
Un gran número de iraquíes se encuentran entre los que han acampado durante semanas en las fronteras de Bielorrusia con los países de la UE, buscando la entrada y una vida mejor en el próspero bloque de 27 países. (Reuters)