El jefe de la Policía Nacional de Ucrania, Igor Klimenko, estima que al menos 32 personas murieron en Kherson, al este del país, por ataques aéreos rusos desde la retirada de las fuerzas de Moscú el 9 de noviembre.
Entre los bombardeos de las tropas de Vladímir Putin, Klimenko destacó los ocurridos el 24 de noviembre, cuando murieron, según sus estimaciones, al menos siete personas y otras 21 resultaron heridas, así lo informó mediante su cuenta en Telegram.
Asimismo, Klimenko indicó que las fuerzas de desminado ucranianas despejaron al menos 450 hectáreas de tierra de la región, y retirado 3.500 explosivos.
Por otro lado, las autoridades ucranianas denunciaron 13 heridos en nuevos ataques con misiles rusos en Dnipro, según informó en su canal de Telegram el gobernador militar ucraniano de la región de Dnipropetrovsk, Valentin Reznichenko.
Se sospecha que hay más víctimas bajo los escombros de los edificios residenciales, de los cuales siete resultaron dañados por el ataque.
Además de Dnipro, la pequeña ciudad de Chasiv Yar en la región de Donetsk, en el este de Ucrania, también fue atacada el sábado, misma que se encuentra bajo control ucraniano, donde un edificio de departamentos fue afectado, hiriendo a tres personas, según el gobernador militar de la región, Pavlo Kirilenko.
En otro orden de acontecimientos, Rusia y Ucrania canjearon nueve prisioneros de guerra rusos y 12 ucranianos en las últimas horas, según lo confirmaron ambas partes. Entre los militares liberados se encuentran combatientes de Mariúpol, la central nuclear de Chernóbil, informó el jefe de la oficina presidencial de Ucrania, Andrei Yermak.
El gobierno ucraniano denunció que los soldados rusos, en su retirada de la sureña ciudad de Kherson, dejaron explosivos escondidos en el interior de juguetes, lo que incrementa el peligro para la población civil. (Infobae).