El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) informó ayer que más de 2.600 niños menores de cinco años hospitalizados por las inundaciones que llevan azotando Pakistán desde junio, corren peligro de muerte por inanición, en el marco de un escenario catastrófico para la infancia en un país donde un millón y medio de niños se exponen a posibles casos de desnutrición grave.
UNICEF extrajo estos datos a partir del diagnóstico realizado a más de 22.000 niños que están recibiendo atención en los centros médicos de Sindh y Baluchistán, dos de las provincias más afectadas por las fuertes lluvias.
El Fondo recuerda que el estado de desnutrición aguda grave, en el que se encuentran los 2.600 pequeños, es una condición potencialmente mortal en la que los niños y niñas son demasiado delgados para su estatura, lo que causa un sistema inmunológico debilitado.
Un millón y medio de niños corren peligro de engrosar esa lista en los próximos meses, de acuerdo con las estimaciones basadas en la prevalencia de desnutrición preexistente reflejadas en la última Encuesta Nacional de Nutrición, estima UNICEF. Además, las mujeres embarazadas desnutridas también corren el riesgo de dar a luz bebés con bajo peso al nacer.
“No podemos dar con más fuerza la voz de alarma”, informó el representante de UNICEF Pakistán, Abdulá Fadil. “Nos enfrentamos a una emergencia nutricional que está poniendo en peligro las vidas de millones de niños y niñas y, sin una acción urgente, nos dirigimos a un resultado catastrófico”, informó.
Desde UNICEF se recuerda que la mitad de los niños damnificados por las inundaciones ya padecían retrasos en el crecimiento antes de la llegada de las lluvias de este verano.
UNICEF, junto al Gobierno de Pakistán, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y otros aliados, establecieron 271 centros de tratamiento terapéutico con pacientes ambulatorios para la prevención, detección y tratamiento de casos de desnutrición aguda grave y otras formas de desnutrición.
Asimismo, el fondo de la ONU trabaja en el desarrollo de los servicios de nutrición, mediante 73 equipos de salud móviles en los 84 distritos afectados por las inundaciones, así como los servicios de salud, agua, saneamiento e higiene, y protección que son fundamentales para salvar la vida de los niños y niñas.
Como ya ha efectuado previamente, UNICEF recuerda además que cinco millones de personas se quedaron sin fuentes de agua potable segura y más de seis millones carecen de instalaciones de saneamiento en el hogar. Como resultado, el porcentaje de personas que practican la defecación al aire libre aumentó en una quinta parte, antes de las inundaciones, afectando a más de un tercio de la población.
Al mismo tiempo, las enfermedades transmitidas por el agua se están extendiendo rápidamente entre los niños, las niñas, las familias y los casos de diarrea acuosa aguda, malaria, dengue, enfermedades de la piel, infecciones respiratorias y otras enfermedades también están creciendo considerablemente, avisa UNICEF. (Europa Press).