Naciones Unidas alertó de un rápido deterioro en la región etíope de Oromía, en particular en el oeste, donde la infraestructura está prácticamente devastada y más de 10.000 personas huyeron de sus hogares en los últimos 15 días, a causa de los continuos enfrentamientos entre el Ejército de Liberación de Oromo (ELO) y las fuerzas gubernamentales.
“Los servicios esenciales, la electricidad, la red de telefonía móvil, los bancos y los mercados dejaron de operar en el oeste de Oromía”, advirtió la Oficina de Coordinación de Naciones Unidas para Etiopía (OCHA Etiopía).
La población se atrevió en los últimos días a cruzar la frontera hacia la región de Amhara, en el norte del país, en un arduo viaje a pie de hasta cinco días, mientras las ONG llaman a la distribución urgente de recursos a pesar del caos reinante.
De hecho, los combates afectaron una de las principales rutas de distribución del país, la que enlaza la capital, Adís Abeba, con Assosa precisamente a través del oeste de Oromía, y que en el momento se encuentra completamente bloqueada.
Medios nacionales como el Addis Standard, informaron hace una semana atrás que más de 30.000 desplazados internos están atrapados en la ciudad de Gida, en esta parte de la Oromía, “sin acceso a alimentos, agua, refugio y servicios médicos”, hasta conformar un total aproximado de 740.000 desplazados entre el oeste de Oromia, las áreas fronterizas con Amhara y las regiones de Benishangul Gumuz.
El ELO del Frente de Liberación Oromo (FLO) tras un acuerdo de paz, reclamó la autoría de varios ataques, especialmente en Oromía durante los últimos meses. El FLO luchó durante décadas por la secesión de la región de Oromía, pero en 2018 anunció que renunciaba a la lucha armada, aceptando la oferta de amnistía del primer ministro. A los enfrentamientos cabe añadir la acción
de las milicias fano, que fueron acusadas de perpetrar masacres contra la población civil.
Las penurias no acaban ahí, la OCHA también advirtió que el brote de cólera declarado en verano en partes de las regiones de Oromía y Somali sigue sin estar bajo control. Entre el 27 de agosto y el 14 de diciembre, 24 personas fallecieron con 669 casos de cólera informados en cinco woredas (distritos) de la zona de Bale, otra en la zona de Guji en Oromia y otras dos en la región de Somali.
De hecho, el número de casos de cólera se incrementaron un 17,7 por ciento en los últimos 14 días mientras que cerca de 743.000 personas están en alto riesgo en las ocho woredas afectadas.
CONTINÚA LA
AYUDA EN TIGRAY
Como nota positiva, la ONU aplaudi que la distribución de ayuda en la conflictiva región de Tigray, escenario desde hace dos años de un violentísimo conflicto entre el Gobierno y TPLF.
Entre el 15 de noviembre y el 8 de diciembre llegaron más de 1.600 camiones que entregaron más de 63.800 toneladas métricas de alimentos y más de 4.000 toneladas métricas de instalaciones sanitarias y de otro tipo fueron transportadas a Tigray.
El primer movimiento de convoyes humanitarios desde la capital de Tigray, Mekelle, llegó a Shire el 9 de diciembre y continuaron desde entonces. Las líneas eléctricas y las telecomunicaciones comenzaron a reanudarse en varias zonas del estado, incluidas las ciudades de Axum y Shire. (Europa Press).