La protestas en Irán por la muerte de la joven Mahsa Amini en manos del Estado, por no usar el velo islámico de manera correcta y que ya se extienden por más tres meses, se ha tornado mucho más enfocadas a exigir la salida del régimen islámico que gobierna el país.
En ese sentido, durante la madrugada de ayer se dieron a conocer imágenes del seminario chiita de la ciudad de Qom en llamas, como parte de las manifestaciones de los iraniés que exigen la salida del poder del régimen.
Este es un lugar de suma importancia para las comunidades musulmanas, pues es allí donde se forman los Mulás, es decir, las personas consideradas eruditas en el Corán y la jurisprudencia islámica.
Esta situación es un claro símbolo del hartazgo de la sociedad civil de la opresion de la religión extremista y de la exigencia de libertades hacia una apertura democrática en el territorio iraní.
El país es escenario de una oleada de manifestaciones por la muerte de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años que murió el pasado 16 de septiembre tras haber sido detenida por la policía de la moral por infringir el código de vestimenta que rige en la República Islámica y que obliga a las mujeres a llevar velo en público.
Las fuerzas de seguridad mataron a un manifestante en Bukan y a otros dos en Sanandaj, donde los habitantes como es tradición conmemoraron el 40º día desde el deceso de cuatro de sus vecinos, abatidos durante la represión de las protestas, según la oenegé de defensa de los derechos de los kurdos Hengaw, radicada en Noruega.
En Sanandaj, capital del Kurdistán iraní (oeste), los asistentes a la marcha gritaron lemas como «Muerte al dictador», en alusión al guía supremo Alí Khamenei, según un video publicado por Hengaw.
En esa misma ciudad, un coronel de la policía fue apuñalado a muerte y otro, que había sido herido con arma blanca la víspera, también falleció, según la agencia oficial Irna.
En Mashhad (noreste), dos paramilitares fueron apuñalados a muerte cuando intentaban intervenir contra unos «alborotadores que amenazaban a los comerciantes para obligarlos a cerrar» sus negocios, informó la misma agencia.
En Bukan (oeste), unos alborotadores destruyeron e incendiaron bienes públicos y prendieron fuego al ayuntamiento, antes de que llegara la policía, afirmó Irna.
La represión del movimiento de protesta dejó ya al menos 342 muertos desde el 16 de septiembre, según un balance divulgado por Iran Human Rights (IHR), una oenegé con sede en Oslo.
Desde el domingo, cinco personas relacionadas con las manifestaciones fueron condenadas a muerte. Amnistía Internacional denunció el espantoso uso de la pena de muerte para reprimir un levantamiento popular con una mayor brutalidad.
La mayoría de los manifestantes son jóvenes mujeres, pero que en los últimos días de estas manifestaciones se pudo ver a personalidades de varias otras instancias que están en contra del régimen, por todos los actos de violencia y muertes que causaron desde el mes de septiembre. (Infobae).
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FOTO: Infobae