Tras la segunda vuelta electoral del 19 de junio, Macron estaba obligado a remodelar un gabinete del que ya había advertido que sacaría a todos aquellos miembros que no obtuviesen escaño. Como primera ministra, seguirá Eliabeth Borne, algo que ya se daba por descontado.
También se mantiene el núcleo duro del Ejecutivo, con nombres como los de Bruno Le Maire en Economía, Gérald Darmanin en Interior, Catherine Colonna en Exteriores, Éric Dupond-Moretti en Justicia y Sébastian Lecornu en Defensa.
El nuevo portavoz del Gobierno será Olivier Véran, antiguo ministro de Sanidad, mientras que a esta cartera se incorporará ahora el médico François Braun, que sustituye a Brigitte Bourguignon tras la derrota de esta última en los pasados comicios legislativos.
La renovación también sirvió para apartar a algunos de los nombres más polémicos del anterior gabinete, como la secretaria de Estado de Desarrollo, la ginecóloga Chrysoula Zacharopoulou, acusada de violación, y especialmente Damien Abad, salpicado igualmente por acusaciones de abusos sexuales.
En el caso de Abad, objeto de investigaciones formales, se sumó ayer el testimonio de una antigua militante de las juventudes conservadoras que, en declaraciones a la cadena BFMTV, da cuenta de un supuesto encuentro en 2013 en el que, según su versión, se despertó confusa en una habitación de hotel tras un encuentro en un bar.
El testimonio coincide con otro publicado recientemente por Médiapart y en el que una mujer también apunta a la posible ingesta de algún tipo de producto que le habría hecho perder la conciencia y despertar a la mañana siguiente en una habitación. Abad, sin embargo, siempre negó haber cometido abuso alguno. (Europa Press)