El barco llegó a la costa de Lampedusa procedente de Libia con una ocupación muy por encima del nivel de seguridad y estaba a la deriva. A bordo viajaban personas de distintas nacionalidades y «muchos de ellos muestran signos de violencia y palizas», ha explicado la directora médica de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Lampedusa, Alida Serrachieri, según recoge el diario italiano ‘La Repubblica’.
Un equipo de sanitarios, mediadores culturales y psicólogos trabaja desde primera hora de la mañana para asistir a los migrantes desembarcados. Entre ellos hay egipcios, sirios, bangladeshíes, magrebíes y subsaharianos, incluidas al menos tres mujeres y 29 menores no acompañados.
El Fiscal de Agrigento, Luigi Patronaggio, ha abierto una investigación sobre el viaje y el desembarco en Lampedusa bajo la sospecha de la existencia de una organización con gran capacidad logística.
El alcalde de Lampedusa, Toto Martello, ha señalado que se trata de «uno de los mayores desembarcos recientes» (Europa Press)