Asimismo, pidió a la población que «no abandone el país» y ha hecho hincapié en que «todo el que se quede en el país será honrado y respetado», ante las denuncias sobre abusos y la creciente discriminación de mujeres y miembros de minorías bajo la égida de los talibanes.
«Todos los afganos nos miran y esperan algo de nosotros», ha sostenido, antes de pedir a las autoridades que «respeten estrictamente las normas, los procedimientos y las regulaciones aprobadas por la cúpula (del grupo)». «No adopten medidas arbitrarias», recalcó.
En este sentido, Ajundzada ha solicitado a las personas con puestos de responsabilidad que «no usen esta oportunidad para la opresión» y que «luchen por la justicia». «No contraten a nadie por su idioma o su etnia, sino por sus capacidades», apuntó.
Tras la restauración del Emirato Islámico de Afganistán, las autoridades emitieron una amnistía general para todos los miembros del antiguo Gobierno de Ashraf Ghani, quien huyó del país ante el avance de los talibaness hacia la capital, Kabul, que finalmente cayó en sus manos a mediados de agosto.
A pesar de ello, han sido denunciados asesinatos y ejecuciones sumarias de estas personas y, si bien los talibanes han negado cualquier responsabilidad, diversas organizaciones no gubernamentales han publicado informes documentando estos abusos y violaciones.
Por su parte, Ghani ha vuelto a defender este jueves en una entrevista concedida a la emisora británica Radio 4 de la BBC su decisión de huir del país y ha reiterado que lo hizo para evitar unos combates que provocaran la destrucción de Kabul.
Así, ha manifestado que cuando se despertó el 15 de agosto «no pensaba» que fuera a ser su último día en el país. Ghani ha resaltado que los talibán habían acordado no entrar en la ciudad y ha incidido en que «dos horas más tarde, no era ya el caso».
«Dos facciones distintas de los talibanes se acercaban desde dos direcciones diferentes», ha manifestado, al tiempo que ha resaltado que «la posibilidad de un conflicto pasivo entre ellos que destruyera una ciudad con cinco millones de habitantes y que causara el caos entre la gente era enorme».
En este sentido, el expresidente afgano ha detallado que el jefe de la seguridad presidencial le dio unos «dos minutos» para abandonar el lugar y le comunicó que no podían ir a Jost, su destino inicial, debido a que también había caído en manos de los insurgentes.
«No sabíamos dónde iríamos. Sólo cuando despegamos quedó claro que nos íbamos (de Afganistán). Realmente fue algo repentino», ha señalado, antes de rechazar de nuevo las acusaciones de que salió del país llevándose consigo una gran cantidad de dinero.
«Quiero decir de forma categórica que no me llevé dinero. Mi estilo de vida es conocido por todos. ¿Qué haría con dinero?», se ha preguntado durante la entrevista. Los talibanes afirmaron tras su llegada al poder que el exmandatario había sido responsable de casos de corrupción y había huido con dinero.
Por otra parte, Ghani ha reconocido que cometió errores, entre ellos «asumir que duraría la paciencia de la comunidad internacional», si bien ha destacado que la toma del poder por parte de los talibanes se vio allanada por la decisión del expresidente estadounidense Donald Trump de firmar un acuerdo de paz con el grupo en febrero de 2020.
«En lugar de un proceso de paz logramos un proceso de retirada», ha explicado Ghani, quien ha subrayado que la redacción del acuerdo «eliminó» a las autoridades afganas. El exmandatario ha destacado que finalmente hubo «un golpe violento, no un acuerdo político o un proceso político en el que el pueblo estuviera involucrado». (Europa Press)