Las sanciones incluyen la congelación de activos y la prohibición de exportaciones de empresas japoneses, “en vista de la situación internacional actual sobre Ucrania, y con el fin de contribuir a los esfuerzos internacionales para lograr la paz internacional encaminada a una solución del problema”, según señaló el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado.
El subsecretario del gabinete, Seiji Kihara, sostuvo que es necesario que la comunidad internacional, incluido el G7, se una y responda a la crisis con una resolución decisiva para proteger la paz y el orden global.
Este anuncio tiene lugar, luego de que el Gobierno del primer ministro, Fumio Kishida, haya decidido ejercer más presión sobre Rusia, ya que preside el G7, formado por los países que lideró las sanciones contra Moscú y las ayudas a Kiev.
En respuesta, Rusia dijo que estas decisiones no suponen nada nuevo, si bien advirtió que es inevitable que tengan consecuencias para las relaciones bilaterales, que ya están en mal estado.
«Cada vez nos adaptamos más a vivir bajo estas sanciones y se están incluyendo medidas compensatorias a nivel económico y social», explicó el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, quien adelantó que Moscú seguirá «sus propios intereses» a la hora de adoptar medidas recíprocas.
Por su parte, la Unión Europea (UE) aplaudió la decisión de Tokio de incrementar sus sanciones y fortalecer sus controles a la exportación de tecnologías sensibles, en el marco de lo que describió como un esfuerzo global coordinado para garantizar la efectividad de las sanciones contra Rusia.
«La UE trabaja de cerca con los socios internacionales, incluido Japón, para privar a Rusia de tecnologías sensibles que podrían ser usadas para alimentar la injustificada agresión rusa contra Ucrania o para apoyar el complejo militar-industrial de Rusia», manifestó en un comunicado la Dirección General de Comercio de la Comisión Europea.
«Nuestras sanciones limitaron la posibilidad de exportar bienes de doble uso a Rusia, afectando gravemente el acceso a Rusia a un amplio abanico de tecnologías avanzadas, incluidos drones, software para dispositivos de encriptamiento, semiconductores y químicos usados para la producción de armas y sistemas militares», finalizó. (Europa Press).