“No hay una paz impuesta”, ha dicho Di Maio, un día después de entregar personalmente la propuesta a Guterres, informa la agencia AdnKronos. El jefe de la diplomacia italiana, que ha ejercido ayer de anfitrión de una reunión del Consejo de Europa, ha defendido ante los medios que debe partirse de la premisa de que es Ucrania el país que “ha sido invadido”, que “su gente ha muerto por las bombas rusas”.
El objetivo de Roma es “facilitar el diálogo” y llegar “lo antes posible” a un acuerdo de alto el fuego. De hecho, el alto el fuego figura y la desmilitarización del frente de combate, figuran como primer punto en una agenda de cuatro pasos que estaría supervisada por un grupo internacional creado ‘ad hoc’.
La segunda etapa introduciría las cuestiones políticas sobre el futuro de Ucrania, por ejemplo las garantías de neutralidad que le reclama Rusia, si Kiev ha dejado claro que nunca cederá a las pretensiones de Moscú en cuestión de integridad territorial.
Renunciar a la soberanía del Donbás o de Crimea siguen siendo líneas rojas para Ucrania, pero en la tercera fase del plan italiano Kiev y Moscú deberían hablar precisamente de cómo garantizar la autonomía y la seguridad de ambos territorios.
En cuarto y último lugar, Italia plantea un tratado multilateral que contemplaría aspectos de desarme o el repliegue de tropas rusas en territorios cuya soberanía reivindica Ucrania.
El Gobierno ucraniano se ha comprometido a “estudiar” esta iniciativa, según un portavoz de Exteriores, Oleg Nikolenko, citado por Ukrinform. Cualquier decisión final, ha advertido, “debe basarse en el respeto de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas”. (Europa Press)