Estonia, que compró un número no especificado de sistemas Blue Spear de su fabricante Israel Aerospace Industries (IAI) en octubre de 2021, solicitó a Israel su autorización para transferir uno de los sistemas a las Fuerzas Armadas de Ucrania, que actualmente defienden al país contra la invasión rusa.
Según Demchuk, Israel cumplió con la solicitud de la nación báltica.
El sistema Blue Spear es uno de los sistemas de misiles antibuque más avanzados del mundo, lo que permite el lanzamiento desde plataformas terrestres con vuelo a alta velocidad subsónica.
La herramienta será fundamental para luchar en el sur de Ucrania, combates que giran principalmente en torno a las batallas navales en el Mar Negro y el Mar de Azov.
Por su parte, el G7 dijo ayer que «no reconocerá nunca» las fronteras que Rusia quiere imponer por la fuerza en su guerra en Ucrania. «No reconoceremos nunca las fronteras que Rusia intenta cambiar con su intervención militar», dijeron los ministros en una declaración difundida tras una reunión en Wangels, al norte de Alemania.
«Mantendremos nuestro compromiso de apoyar la soberanía y la integralidad territorial de Ucrania, incluido Crimea», precisaron.
La jefa de la diplomacia alemana, Annalena Baerbock, cuyo país asume la presidencia del G7 este año, insistió en que Ucrania debía «decidir ella misma» sobre el asunto «porque es su territorio». «Apoyaremos las medidas (…) que tomará Ucrania para garantizar la libertad y la paz en el país», dijo durante una rueda de prensa al finalizar la reunión. (Reuters)