La invasión de Ucrania, según muchos analistas, ha consolidado la alianza entre Moscú y Pyongyang.
“Corea del Norte tiene un largo historial de manipular a sus socios y aliados. En este caso Kim Jong-un, consciente del aislamiento de Rusia (por las sanciones internacionales tras la invasión), aprovechó el momento para abrazarla”, expuso Radchenko.
El embajador ruso en Pyongyang, Alexander Matsegora, afirmó recientemente que Kim Jong-un podría enviar trabajadores para reconstruir infraestructuras dañadas por la guerra en las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Luhansk en el este de Ucrania.
Agregó que Corea del Norte tiene interés en adquirir piezas de repuesto de la era soviética para maquinaria pesada que aún se fabrican en ciudades del este de Ucrania, como Slovyansk y Kramatorsk, aún en poder de las fuerzas de Kiev.
Por otro lado, el periodista pro- Kremlin Igor Korotchenko aseguró a principios de agosto que Corea del Norte planeaba mandar 100.000 soldados a luchar del lado ruso en la guerra de Ucrania.
Ninguno de los dos gobiernos se ha pronunciado sobre esta posibilidad, mientras los expertos se muestran escépticos.
“No creo que Corea del Norte pueda o vaya a enviar tropas a Ucrania. Es algo que nunca han hecho”, aseguró Wells.
Ninguno de los dos gobiernos se ha pronunciado sobre esta posibilidad, mientras los expertos se muestran escépticos.
“No creo que Corea del Norte pueda o vaya a enviar tropas a Ucrania. Es algo que nunca han hecho”, indicó Wells.
“Rusia claramente necesita más tropas, pero entrenar a los norcoreanos llevaría mucho tiempo y Kim Jong-un podría resistirse por temor a que sus soldados desertaran”, opinó Radchenko.
En cuanto al envío a Rusia de armas, uno de los pocos recursos que no escasean en Corea del Norte, Sánchez Braun cree que «Pyongyang no le va a dar una parte de su arsenal a Moscú, porque lo necesita para negociar en un futuro o para garantizar su propia seguridad».
El periodista remarcó otra cosa, menos tangible pero igual de importante, que Kim Jong-un puede brindar a Putin en este preciso momento: inestabilidad geopolítica.
«Corea del Norte contribuye a la inestabilidad regional y, a diferencia de hace unos años, ahora no hay nada que pueda gustar más a Moscú que eso», aseguró.
«Que Pyongyang tenga cada vez más armas, que eleve el tono de sus amenazas y que siga probando misiles le supone un quebradero de cabeza a Estados Unidos en un momento en el que quiere enfocarse en el conflicto en Ucrania, pero en el que también se le abren frentes en otros lugares como Taiwán y Oriente Medio», añadió.