“A partir de la fecha, todas las estructuras de poder que se encuentran en la ciudad, la administración civil y militar y los ministerios, se desplazan también a la orilla izquierda” del río Dniéper, que bordea Kherson”, indicó Vladimir Saldo, jefe de la administración ocupante rusa.
Según la autoridad la evacuación de la administración y de la población es una medida precautoria, y las fuerzas rusas seguirán batallando con denuedo contra las ucranianas.
“Nadie va a entregar Kherson. Pero para los habitantes tampoco es lo ideal verse en la ciudad en medio de las hostilidades”, explicó Saldo, quien añadió que los militares pelearán hasta la muerte.
El responsable prorruso anunció también que la entrada en la región de Kherson bajo control ruso queda prohibida a los civiles durante siete días.
Esta capital de la provincia homónima, es el mayor centro de población ocupado por Moscú en su invasión de Ucrania y se encuentra en un territorio que, según el presidente Vladimir Putin, ahora está incorporado formalmente a Rusia, un movimiento que Ucrania y Occidente no reconocen.
Previamente, las autoridades ocupantes habían anunciado el inicio de la evacuación de civiles hacia la orilla izquierda del Dniéper. También difundieron un listado con las normas de conducta durante la actividad, con recomendaciones incluso sobre qué pertenencias llevar y qué hacer antes de abandonar sus habitaciones.
Los medios rusos difundieron imágenes en las que se veía a gente evacuada tomando asiento en ferris para cruzar este río: “Está previsto evacuar a entre 50.000 y 60.000 personas hacia la orilla izquierda del Dniéper”, indicó Saldo.
La administración de ocupación precisó que los civiles evacuados podrán luego irse a Rusia, si lo desean.
KIEV DENUNCIA LA PROPAGANDA RUSA
El asesor presidencial ucraniano Mykhailo Podolyak dijo a Rusia que la realidad puede doler, tras el comienzo de la evacuación, que llega menos de un mes del anuncio de la anexión de la región a Rusia.
Previamente, el vicegobernador de la región Kirill Stremousov advirtió que una batalla por la ciudad podría comenzar en un futuro cercano y dijo que no podía descartar que Kherson y el lado occidental del río Dnipro serían bombardeados por el avance de las fuerzas ucranianas.
Por su parte, el general ruso Serguéi Surovikin, encargado de las operaciones en Ucrania, hizo una admisión poco común sobre la presión que sufren las fuerzas rusas ante la ofensiva ucraniana y calificó la situación en Kherson como difícil.
Surovikin dijo que podría ser necesario tomar algunas decisiones difíciles, sin dar más detalles sobre lo que esto podría implicar exactamente. La ciudad está siendo blanco de ataques ucranianos contra una serie de infraestructuras, destacó el general.
AMENAZA NUCLEAR
La admisión de Surovikin sobre las dificultades rusas en Kherson aumentó los temores de que Vladimir Putin se esté preparando para declarar la guerra total a Ucrania, en medio de especulaciones de que el mandatario ruso podría recurrir a una demostración de fuerza nuclear si su invasión falla.
Escalar la operación militar especial en una guerra total le otorgaría al líder ruso poderes para cerrar las fronteras del país, declarar la ley marcial y movilizar más hombres en las fuerzas armadas.
Lo que aumenta la inquietud es el hecho de que se espera que en unos días Rusia lleve a cabo ejercicios de sus fuerzas nucleares, especulares a los que realizará la OTAN en los próximos días.
Expertos especularon que Putin podría detonar una bomba nuclear en un campo de pruebas remoto o sobre el Mar Negro para demostrar que la reserva de ojivas nucleares de Rusia todavía funciona.
Los temores de una prueba nuclear inminente en la frontera con Ucrania surgieron a principios de este mes después de que Rusia enviara hacia la frontera ucraniana un tren operado por su división nuclear secreta.
Además, la OTAN advirtió que Rusia ha desplegado su nuevo submarino gigante Belgorod, portador del súper torpedo nuclear conocido como Arma del Apocalipsis. (Infobae)