Las llamas -avivadas por fuertes vientos- han expulsado a cerca de 2.000 personas de sus casas y causaron la muerte a un trabajador de emergencia desde que se iniciaron el miércoles en la Sierra Bermeja sobre Estepona, un área popular entre turistas y jubilados extranjeros.
Enormes columnas de humo podían verse sobre las montañas a kilómetros de distancia. Imágenes publicadas por servicios de emergencia mostraban a los bomberos tratando de contener las llamas en pleno terreno seco y boscoso.
Los evacuados, algunos ancianos, se sentaron alrededor de mesas de plástico en un centro deportivo en la cercana ciudad de Ronda, mientras voluntarios llevaban agua embotellada, sillas y suministros.
«Todo ha sido muy rápido y eficiente, a decir verdad, pero estamos un poco nerviosos porque no sabemos qué va a pasar», dijo el informático Abraham López, quien fue evacuado de su casa en Genalguacil.
Los equipos de emergencia también sacaron a personas de las localidades de Jubrique, Farajan, Pujerra, Alpandeire y Juzcar, situadas entre colinas donde arde el fuego en medio de las altas temperaturas de fines del verano boreal.
Otras cinco zonas urbanas fueron evacuadas el viernes.
Los incendios tienen un «poder y fuerzas inusuales» y avanzaban en varias direcciones, dijo a medios Alejandro García, del centro operativo de emergencias.
El presidente de Gobierno Pedro Sánchez anunció el despliegue de una Unidad de Emergencia Militar para ayudar a combatir las llamas. «Trabajaremos de forma coordinada y sin descanso ante el incendio que está devastando la provincia de Málaga», afirmó en Twitter.
Las llamas abarcaban más de 6.000 hectáreas, según datos provisionales del satélite Copernicus de la Comisión Europea, según dijo el Ministerio de Medio Ambiente en un comunicado.
La agencia regional de incendios forestales de Andalucía dijo que 365 bomberos estaban tratando de controlar los incendios, con el apoyo de 41 aviones y 25 vehículos. (Reuters)