“¡Queremos que sienta el apretón, que las personas a su alrededor sientan el apretón!”. Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca, describió así la nueva estrategia de la Administración Biden: atacar al círculo más íntimo del presidente ruso, Vladimir Putin.
Estados Unidos anunció el jueves sanciones adicionales dirigidas a los colaboradores cercanos del líder ruso, mientras que el Departamento de Estado decretó prohibiciones de entrada al país a 19 oligarcas rusos, así como a sus familiares y asociados.
El Reino Unido, a su turno, también impuso sanciones contra dos oligarcas rusos que considera vinculados al Kremlin y que han amasado fortunas e influencia política a través de sus conexiones con Putin, publicó france24.com.
Las sanciones no son nuevas para países de Latinoamérica, aunque en algunos casos pierden efectividad, ya que las economías de los países del denominado bloque no alineado de Cuba, Venezuela y Nicaragua reportan cifras optimistas, el gobierno de Joe Biden apunta a crear nuevas sanciones como la reciente de congelar la asistencia no humanitaria, no relacionada con el comercio.
El líder Demócrata apeló (diciembre de 2021) a las metas de lucha contra la trata y tráfico de personas, y se señaló a ese bloque de países “por debajo de los estándares mínimos de cumplimiento”.
El memorando de Washington citó que EEUU “no proporcionará asistencia no humanitaria, no relacionada con el comercio ni permitirá fondos para la participación en programas educativos y de intercambio cultural para funcionarios o empleados de los Gobiernos de Cuba, la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Eritrea, Nicaragua, Rusia y Siria”.
La medida se proyectó para el año fiscal 2022 y dejó excluidos de dichas medidas por razones de “interés nacional”, a Argelia, Malasia, Turkmenistán y Venezuela, en lo que se ve como una ruptura en la rigidez de la Casa Blanca, sobre todo hacia los países latinoamericanos.
Pese a esas acciones, las proyecciones económicas desde entidades como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) o el banco Credit Suisse de Suiza, son optimistas para La Habana, Caracas y Managua.
En ese contexto, analistas consideran que por un lado, la administración de Joe Biden nunca vio a América Latina como una prioridad y también se evidencia que las sanciones económicas ya no tienen el impacto de otras décadas.
A su turno, el columnista estadounidense residente en Praga y corresponsal de la agencia Xinhua, Bradley Blankenship, expuso en RT que las medidas de Washington van perdiendo efectividad en el último tiempo. (Agencias)